Sebastian Tilinsky no batió un Récord Guinness sino un récord de beber cervezas Guinness en una taberna irlandensa de Madrid, La Ardosa, en la calle Colón. Su nombre sigue encabezando un ranking extemporáneo en la pared del local, que ayer se unió a la celebración de San Patricio.
El 25 de septiembre de 1989, 40 días antes de la caída del Muro de Berlín, Tilinsky, natural de la República Federal Alemana, se metió entre pecho y espalda 14 pintas de Guinness, casi 8 litros de cerveza negra, superando a tres wannabes: un inglés, un español y un escocés, como en el chiste. Este último, con sus 13 pintas, fue el último que concursó en el concurso de bebones de La Ardosa, “hasta que lo prohibieron”, según nos cuenta Encarna, la camarera.
Un cartel colgado junto al panel confirma sus palabras: “El récord queda cerrado hasta nuevo aviso”. En tanto han pasado casi 22 años y no parece que haya visos de un nuevo aviso es hora de dar por ganador a Sebastian Tilinsky. Si alguien le conoce, que tenga a bien avisarle.
De todos modos, nos tememos que el bueno Tlinsky no hubiera llegado ni a dieciseisavos en un campeonato profesional de bebedores. El alemán federal tardó casi 3 horas y media en acabar con sus 14 pintas, mientras un experto en la materia, como el inglés Peter Dowdeswell es capaz de engullir 34 pintas en una hora. No hay color, más allá del negro burbujeante de la Guinness.
La Ardila, when everybody knows your name...
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