Aunque lo parezca, la británica Kerri Dowdswell no está en estado de buena esperanza. Simplemente está haciendo la digestión. Tiene 23 años y, desde hace más o menos una década, tiene que salir a cenar con pantalones elásticos de embarazada debido a una rara condición que le provoca que, minutos después de comer, su estómago esté tan hinchado que cualquiera que no la conozca pensaría que está a punto de dar a luz.
Se hincha aumentando 10 tallas de pantalón y, en cuestión de horas, su estómago se reduce a su tamaño normal. No parece haber ninguna razón palpable detrás de lo que hace que su estómago se expanda como un globo. A veces ocurre cuando se pone como el kiko con una gran comida, pero otras veces puede mordisquear una galleta o un trozo de fruta, y, de repente, sus pantalones no encajan.
No es doloroso; “sólo incómodo y embarazoso” confirma. Al principio, los médicos creían que podría estar sufriendo de una reacción al glúten, pero a pesar de quitar todos los productos procedentes del trigo de su dieta, ella continuó hinchándose.
Luego se sometió a más pruebas para el síndrome de colon irritable (también se sabe que causa hinchazón) pero salieron negativas. Kerri estaba convencida que era algo que comía, así que empezó a quitarse alimentos para intentar dar con la causa.
Carnes, pescado, huevos...hasta casi llegó a convertirse en una auténtica vegana radical. Pero ni modo. “Decidí que los tipos alimentos no eran en realidad la causa, así que ahora como lo me gusta y no me privo de nada. Total, me voy a hinchar igual”.
Vía Opposing views
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