OPINION

Los cutre fantásticos: la película que Marvel no quería que vieras

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Este año se cumplen 50 años de la publicación del primer tebeo de Los Cuatro Fantásticos, el cómic que dio comienzo a la “era Marvel” de los superhéroes y abrió camino a los Spiderman, X-Men o Iron Man. Unos personajes queridos y populares que han sido adaptados a la TV y al cine… en más ocasiones de las que creéis.

Al margen de las dos modernas producciones con Jessica Alba a la cabeza, los cuatro aparecieron en una película de la productora de Roger Corman, en una cinta que sólo podemos calificar de cutre-salchichera. Tanto es así que los propios productores y la Marvel decidieron que lo mejor era que nunca saliera a la luz y trataron de destruir todas las copias existentes. ¿Por qué? Nosotros te lo contamos.

A principio de los años 90, la productora Constantine Films había comprado los derechos para realizar una adaptación de los Cuatro Fantásticos. El proyecto se había estimado en unos contundentes 40 millones de dólares, que la productora no conseguía reunir, y el contrato estaba a punto de expirar.

Para conservar dichos derechos, era imprescindible que el rodaje comenzara antes del 31 de Diciembre de 1992. Alarmados, la productora recurrió a Roger Corman, rey de la serie B de de los 50 a los 80. El productor se puso manos a la obra para terminar, de la manera más barata y rápida posible, la dichosa película. Y así nació el subproducto del que hablamos.

La historia cuenta lo habitual en estos casos: el origen del grupo y el primer enfrentamiento con su archienemigo, el Doctor Muerte. Claro que con el escasísimo presupuesto, todo tiene apariencia de cartón piedra, escasea la acción y la película termina siendo una odisea de diálogos aburridos en interiores anodinos. Tampoco contaba con ningún actor con un mínimo tirón. Y es que el presupuesto había pasado de 40 millones…. ¡a apenas millón y medio!

Por lo tanto, comprensible que los héroes apenas usen sus poderes: ¡no hay ni un duro para efectos! Las capacidades elásticas de Mr. Fantástico se limitan a un brazo gigante que tenemos que creer es el suyo. No engaña ni a un niño de teta.  La chica invisible sale mejor parada: con quitarla de pantalla ya vale, aunque sea a base de usar un croma que ni los de "Los mundos de Yupi". La antorcha humana apenas arde una vez en toda la película. Mejor parada sale La cosa, aunque tenga un aspecto similar al de una Tortuga Ninja con lepra.

La explicación a sus poderes es otro de los puntos álgidos. Bombardeados por rayos cósmicos, sus habilidades reflejan su personalidad. Como la chica es tímida, se vuelve invisible. Como Johnny Storm es impulsivo, se convierte en La antorcha humana. Como Reed Richards nunca se centra, se hace elástico. ¿Y La Cosa? ¿Por qué se convierte en un monstruo? Porque tiene una mente brillante.

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El Doctor Muerte tampoco se libra: sabiendo que su voz iba a ser doblada con un tono gutural, el actor dentro del traje decidió hacerse notar a base de no dejar de moverse en cada uno de sus planos. Saltitos, gestos, movimientos con los brazos y risas que no vienen a cuento nos presentan a un villano pomposo y sobreactuado.

La productora jamás tuvo la intención de estrenar la película. Sin saberlo, los actores trabajaron con ilusión, acabando bastante decepcionados con la experiencia. La cinta, rodado en apenas un mes, fue proyectado en un par de convenciones. Viendo el lamentable resultado, Avid Arad, productor detrás de los éxitos cinematográficos de Marvel, decidió pagar una generosa cantidad a la productora por el film y ordenó destruir todas las copias, temeroso de que esta cutrez diera mala fama a los personajes.

¿Leonardo o Donatello?

Ni Arad ni Stan Lee han querido volver a a hablar del asunto, tratando de enterrarlo. Gracias a esa maniobra, la Constantine conservó los derechos durante más años, y pudo realizar las superproducciones que todos conocemos, con un presupuesto casi 100 veces superior y unos resultados… correctitos, por decir algo.

Con lo que no contaban los señores productores es con el fanatismo de los frikis del cómic: las escasas copias existentes para este par de proyecciones en Salones del cómic acabaron en manos de fans, que las duplicaron en VHS durante años y, con la llegada de Internet, el film fue colgado en la red para que todos disfrutasen de esta simpática serie B, que la verdad... ¡tampoco está tan mal! Los fans de Hércules y Xena seguro que lo sabrán apreciar.

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