En esta fotografía Margaret Mckever, de 74 años, luce orgullosa a su chihuahua "Riso", un animal al que todavía se le dibuja el miedo en los ojines. No es para menos, pues estuvo a punto de perderlos por el feroz ataque de un ave de presa que se avalanzó sobre él cuando retozaba en el jardin de su casa de Huddersfield Deighton, en Yorkshire (U.K).
El incidente ocurrió a eso de las 10 de la mañana del pasado viernes; y se prolongó durante 10 eternos minutos en los que Margaret, al darse cuenta de los gritos del perrito, luchó contra la rapaz a brazo torcido, sin importarle el dolor de su artritis y con la única misión de salvar a su mascota, que yacía derribado a merced del halcón mientras este le picoteaba frenéticamente la cabeza.
Fueron minutos de angustia, pues el ave, que al parecer llevaba collar y una campanilla, podría tener dueño y estar acostumbrada a la presencia humana. Todo hace suponer que así era, pues cuando Margaret lograba zafarse del ave, el halcón volvía a por su presa.
En uno de esos interludios, Riso corrió a protegerse en la casa, pero el halcón le persiguió hasta dentro del domicilio, donde volvió a cogerle con sus garras. Allí se reanudaron las hostilidades por la cocina y hasta por la sala de estar. Al final, Margaret logró que le soltara a base de escobazos y al grito de ‘you’re damn not going to kill him’ (algo así como “maldito pájaro, no vas a matar a mi Riso”).
La anciana jubilada dice que el halcón era totalmente negro, con la zona del pico muy amarilla, y que tenía una envergadura de alas de casi 1 metro. Riso se recupera de algunas lesiones por el picoteo de cabeza, mientras Margaret afirma sin dudarlo que “en mi vida he visto gritar tanto a un perro de miedo".
Fuente: The Examiner
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