OPINION

Bony, Tigretón y Pantera Rosa: ayer y hoy de los pastelitos

PanteraTigretonBony
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Son los pastelitos que han marcado varias generaciones, superando a diferentes ajustes de mercado y convirtiéndose en emblema de la infancia de cientos de miles de personas. Muchos seguimos disfrutándolos, y nos parecen tan ricos como el primer día.

Pero no se trata de tótems inmutables. Bony, Tigretón y Pantera Rosa han ido adaptándose a los tiempos, y luchando por permanecer atractivos y vigentes. Algunos de sus compañeros no lo consiguieron y desaparecieron. Nosotros vamos a repasar la vida de estos tres productos entrañables que han resultado ser unos auténticos supervivientes.

Tigretón – El secundario trabajador

Antes: El Tigretón fue creado como una especie de “sidekick” para la Pantera Rosa, el Robín de su Batman. La gente de Bimbo acertó con un potente nombre: Rocky seguramente comía tigretones de vez en cuando.  El felino presidía la cubierta, y con el paso de tiempo, trataron de potenciar su imagen y crearon una mascota para el bollo. Mascota mutante, de diferentes aspectos que nunca ha llegado a calar.

Ahora: El Tigretón sigue como siempre, con esa combinación que no falla de nata y chocolate. Es precisamente su punto débil: la podemos encontrar en cantidad de productos. La mascota se ha transformado en un tigre fortachón con pinta de haber abusado de los más débiles en el colegio. Consiguió una beca deportiva en UCLA y pero nunca llegará a ser profesional.

Lejos quedan ya los tiempos en los que existía incluso un Tigretón de vainilla.  Eso sí: es el único que forma parte del más celebrado chiste sobre pastelitos:

-Tu padre es un proscrito.

-Y el tuyo un Tigretón.

Bony – El eterno superviviente

Antes: El envoltorio más anodino de todos. Mientras que otros contaban con divertidos personajes este bollo no tenía otro reclamo que su propio sabor. ¿Qué diantres era un Bony? Nadie lo sabía, no parecía divertido y muchos no daban por él. Pero su arma secreta, la deliciosa combinación de bizcocho, chocolate y mermelada es para muchos entendidos la más conseguida de todas las aquí expuestas.

Ahora: No podemos decir que la cosa haya mejorado mucho a lo largo de los años. Sigue careciendo de gancho visual, pero al menos han personalizado su presentación, con colores que invitan al consumo. Eso sí: nos hemos enterado ahora de que Bony es… un mono. ¿Desde cuando? Desde que todo tiene que tener mascota.

Bony es, ante todo, un superviviente. Comenzó como uno más de la línea de productos de de Bimbo. Lo tenía todo en su contra: un envase genérico, un nombre anodino, carecía de mascota… y sin embargo, se ha mantenido, contra viento y marea, ganándose el apoyo de unos pocos. Ha visto caer a dingos, tarzanes y ahí sigue. El auténtico Mad Max de la bollería industrial.

Quizá la clave está  en un peculiar ingrediente, esa mermelada que le otorga un sabor único dentro de la repostería de supermercado. Entre los amantes de la confitura de frutas (o lo que sea) no tiene rival, con lo cual apela a un mercado target muy concreto. Una filosofía muy actual: prosperar a base de la especialización.

Pantera Rosa – La niña mimada

Antes: La Pantera Rosa siempre fue la favorita de los críos. Su popular personaje le hacía destacar desde el primer momento entre el resto de pastelitos de la línea, y así continúo siendo durante el resto de su existencia, hasta llegar a hoy. No sólo el exterior del producto era más mimado: la peculiar invención de su cobertura rosa, de sabor único, lo convertía en una experiencia única.

Ahora: El tiempo ha sentado mal al producto. Los dibujos del personaje no son tan populares como antes, y sus compañeros actualizaron sus diseños. Hoy por hoy destaca menos, aunque está tan bueno como siempre. Una espada de Damocles pende sobre nuestra amiga: la continuidad de la licencia para usar a la estrella del cine. ¿Sigue siendo rentable? Diríamos que, hoy por hoy, la consumen más los adultos que los niños.

Bucanero – La segunda oportunidad

Antes: El Bucanero podía presumir de algo. Tenía crema, como bien indicaba su envase, y además disponía de un nombre que sugería aventura. ¡Al abordaje! O quizá no...  Porque  nunca fue especialmente popular.

Ahora: Dingo desapareció en los años 80, hace unos 25 años. No fue una buena década para los piratas: Jack Sparrow quedaba aún lejos, y su supuestamente deliciosa crema no consiguió encandilar a los demás. Puro darwinismo aplicado a la repostería comercial.

Pero... ¡Algo mágico sucedió! Bimbo ha decidido recuperar la marca y resucitar al Bucanero, ahora encarnado en un simpático lorito. De momento, la respuesta está siendo algo tibia y es difícil encontrarlos en muchos supermercados. ¿Aguantará?

La misma suerte corrieron Kontis, Tunos o aquel Dingo, producto de breve vida que contó con una popular licencia: era el bollo oficial de Goofy. Tampoco le sirvió para librarse del ERE que sesgó la carrera de su compañero pirata.

Si hoy tienen dulces, les invitamos a que recuperen uno de estos. Y lo disfruten a la salud de Strambotic, claro.

Imágenes vía Todocolección, Carrusel de sueños y Viruete.

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