OPINION

Cómo barbas, bigotes y perillas deciden el registro interpretativo de los actores y eso es así

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Es un hecho demostrado que las barbas, perillas y bigotes de los intérpretes inciden definitivamente en su forma de actuar y, en algunos casos, incluso en que actúen o no.

Burt Reynolds

La carrera de Burt Reynolds, el bigote más célebre del show business (con la expcepción del de Freddy Mercury) descansa sobre su mostacho al igual que la de Mary Santpere radica en su belleza. De hecho las películas de Burt Reynolds se dividen en dos grandes grupos: la buena (Deliverance, John Boorman 1972) y todas las demás. ¿Es casualidad que en la única película normal que rodó el bueno de Burt saliera afeitado? Pues igual. También puede ser que sea por otra cosa. Oigan, si quieren un artículo científico lean Science.

Robin Williams

Otro actor de dilatada carrera (y tamaño del jerol) es Robin Williams. Con su amplia variedad de registros: cómico que no da risa, cómico que da mucha grima y señor que da vergüenza ajena, aparece habitualmente afeitado. En Hook (Steven Spielberg 1991) se afeita hasta el cuerpo. PERO en Good Will Hunting (Gus Van Sant 1997)  o en El rey pescador (Terry Gilliam 1991) sale con barba. ¿Afecta esto a lo intenso o creíble de su interpretación o a la calidad de la película? Pues la verdad es que no. Vamos con otro actor (actrices van a salir pocas en este artículo).

Robert de Niro

Robert de Niro. El peor y mejor actor vivo del mundo se deja barba no completa (no le sale del todo en las mejillas, cosa que me distrae muchísimo de sus peludas interpretaciones) en contadas ocasiones. En El Padrino II (Francis Ford Coppola 1974) sale con bigote. Bien. En El Cazador (Michael Cimino 1978) lleva perilla. Bien también. Así como en Wag The Dog (Barry Levinson 1997). Bueno. O El corazón del Ángel (Alan Parker 1987). Bien. También lleva perilla en Heat (Michael Mann 1995). Vaya. Afeitado sale en Toro Salvaje (Martin Scorsese 1980). Y en Los padres de la novia (Jay Roach 2000). ¿Conclusiones? Mmmmh… Va a dar igual. El hombre ha decidido despedazar su carrera y la hirsutez en este caso no es un factor.

Johnny Depp

La tesis de este sesudísimo artículo se basa sobre todo en… no sé. Tomemos a Johnny Depp. O no. Este actor siempre lleva algún bigotito, chiva, mosca o pera. Menos en, que recuerde ahora mismo y por ejemplo, Eduardo Manostijeras (Tim Burton 1990), Sleepy Hollow (Tim Burton 1999) y Sweeney Todd (Tim Burton 2007). Ahá. Ya podemos extraer alguna conclusión: en algunos papeles de fantasía Johnny Depp no lleva complemento piloso. No es una gran conclusión pero es una conclusión. No me lo pueden negar.

La barba de tres días

¿Resulta más duro Clint Eastwood como el hombre sin nombre de los films de Sergio Leone o como el inspector Callahan de Harry el sucio? ¿Parece más listo Hug Laurie con la descuidada sotabarba del doctor House que cuando hacía de atolondrado señorito de Jeeves; o de malvado petimetre en La Víbora Negra? Pues no y sí. Clint Eastwood prescindió con mucho gusto de rasposa barba e igualmente rasposa tagarnina y siguió poniendo el miedo en el corazón de los malosos. Y lo de Hug Laurie, pues… se debe a otros propósitos.

El caso español

Recordemos que en España se dice que una película es ‘de gran presupuesto’ cuando la chica protagonista tiene más de una peluca. Así que el tema de los aditamentos capilares entra prácticamente en el sector de efectos especiales.

Luis Tosar. Sí. Luis Tosar. El actor había hecho sus papeles españoles en películas españolas con críticas españolas pero cuando interpretó a un presidiario CON PERILLA los habitualmente hiperbólicos elogios se quedaron cortos y los gacetilleros se arrojaban por las ventanas poseídos por un paroxismo que la sola y abundante ceja del actor gallego no había despertado antes. Carmelo Gómez también gusta de dar gran intensidad a sus interpretaciones dejando de afeitarse y, quizá, de lavarse. José Coronado ha hecho decir cosas muy necias también en su personaje de (¡ugh!) Santos Trinidad en (¡ay!) No habrá paz para los malvados (Enrique Urbizu 2011) llevando a la vez barba de tres días, perilla, bigote y patillas. Eso es interpretar. Llega la hora de los premios.

El caso de Sancho Gracia va aparte. He visto cómo le quitaban sus patillas de Curro Jiménez y le afeitaban la cabeza o le ponían un ojo de cristal (Muertos de risa, Álex de la Iglesia 1999) con impertérritos resultados: es Sancho Gracia y acojona exactamente igual.

Pues ya está

Yo creo que he demostrado empíricamente que donde hay pelo hay alegría o no. En otra ocasión hablaré de las gafas y de cómo el modelo y grosor de éstas pueden cambiar una trayectoria profesional bien para encaminarla al éxito (Michael Caine) o bien para precipitarla en el más bochornoso de los ridículos (Betty la fea).

Enlaces relacionados:

http://www.jakymechitas.cl/bigotes-y-barbas.htm

http://es.wikipedia.org/wiki/Hirsutismo

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