OPINION

Desafiando una larga tradición familiar, adolescente decide renunciar a sus pechos de silicona

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“¿En qué nos hemos equivocado? -se pregunta Chantal, madre de cinco rubias neumáticas- ¿para que la pequeña Britney no quiera sus pechos de silicona, como sus hermanas?”. Britney, de sólo 14 años, que posa en medio de la foto con sus hermanastras, ha renunciado al regalo que le espera al cumplir los 18: un par de tetas. “Está en esa edad tonta”, se responde a sí misma la abnegada madre.

Chantal, de 53 años, ha gastado más de 60.000 euros en equipar a cada una de sus cuatro hijas –y a sí misma- con un buen par de razones para avanzar en la vida. Para las Marshall, apunta agudamente el Daily Mail, “la cirugía estética es una especie de rito de paso”. El resultado salta a la vista:

A la izquierda, con una talla 34DD y un cierto aire a Leticia Sabater, la mamá, Chantal. A la derecha, la díscola hija adolescente, Britney.

Pero la pequeña Britney –que, por cierto, no necesita ningún aumento de busto- le ha salido rana. Según explica su madre sin asomo de ironía, “está en una edad difícil, en ese momento en el que te da por rechazar su operación de tetas. Pero nosotras sabemos que Britney no es diferente al resto. Ella idealiza a sus hermanas, así que estamos seguras de que cambiará de opinión en cuanto cumpla los 18”.

La mamá de las cinco beldades trabaja como pitonisa y se operó por primera vez de los pechos en 1996. Desde entonces se ha gastado más de 24.000 euros en otras tres operaciones extra para ampliar su delantera. La señora Chantal asegura sentirse más joven gracias a su delantera de silicona. De tarde en tarde sale con sus retoños de copas y los chavales –dice- la toman por una de sus hermanas… aunque eso puede deberse a lo mal llevados que acarrean sus 30 años (Emma), 27 (Terri), 26 (Tara) y 21 (Ripley). Britney las admira, sí, pero no quiere acabar así la pobre.

Bien pensado, la señora Marshall al menos tiene la paciencia de esperar a la mayoría de edad de la benjamín para equiparle con sus nuevas pechugas. La también británica Sarah Burge, más conocida como “la Barbie Humana”, regaló a su hija de 7 años un par de pechos y una liposucción. Y es que, si uno no empieza pronto con las reformas las niñas se estropean en seguida.

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