OPINION

Le expulsan de un pub por llevar un mullet de medio metro de largo

David Hoogland es un australiano que no lleva tatuajes, no pertenece a ninguna banda de rock y que se considera un tipo tranquilo. Sólo tiene un signo de identidad del que se siente orgulloso: un mega-mullet que hace 10 años no se corta y que ya le llega por debajo de los omóplatos.

Un mullet divino que cuida con tesón y mascarilla; y por el que fue expulsado de un bar de copas de Perth, cuando los porteros le indicaron la dirección de la salida por motivos estrictamente capilares. David había estado bebiendo con su novia Sarah Sorgiovanni y unos amigos en la azotea de este bar de moda, cuando se le acercaron los vigilantes y le pidieron que se fuera.

Cuando preguntó por qué tenía que irse, le dijeron que era por el pelo. El vilipendiado afirma que su pelo nunca había sido un problema antes, así que ha presentado una queja en el ayuntamiento de su ciudad.

Sin embargo, el consistorio se lava las manos diciendo que los locales tienen libertad para fijar los códigos de vestimenta y denegar la entrada a los clientes, pero no pueden discriminar por motivos de sexo, raza o religión. Y como el pelo no entra en ninguno de esos aspectos, ellos no pueden hacer nada.

Lo que sí podía haber hecho David es decir que era mujer, mohicano o mormón, para acogerse a alguna de las tres enmiendas salvadoras; pero decidió irse con sus pelos y su dinero a otra parte.

Es la cruz del mullero, la eterna incompresión por una moda capilar que se ha asociado siempre al binomio nerd&redneck, aunque el mullet haya conquistado territorios desde las Antípodas a las Vascongadas, y pasando por Alemania.

Y es que se trata de un peinado tan antiguo que se pierde en la noche de los tiempos, como ya avanzábamos en nuestro imprescindible "La somera y apasionante historia del mullet, un peinado prohibido en Irán" (y ahora parece que también en Australia...)

“Los occidentales empezaron a usar el mullet en Oriente Medio y la antigua Grecia, aunque Alan Henderson, autor de “Locura de Mullet”, se pregunta si los prehistóricos hubieran descubierto las ventajas de llevar el pelo corto en la frente, para dejar libres los ojos, y dejar que crezca por detrás, para proteger el cuello de la lluvia y el frío. Las pruebas arqueológicas confirman la existencia de mullets en civilizaciones antiguas de Mesopotamia, Siria y Asia Menor (…) las estatuas griegas del siglo VI a.C. demuestran que el peinado mullet esta presente en la cultura occidental desde sus inicios”.

El nemo-mullet

Vía Yahoo News

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