OPINION

Diez conceptos de 2012 que, por una razón u otra, no echaríamos de menos en 2013

calendario maya
calendario maya

Los cambios de ciclo nos proporcionan un efecto de regeneración o aggiornamento que rápidamente vemos con desilusión que es totalmente ilusorio. Pero no nos amohinemos antes de tiempo y dirijámonos hacia el final del año recién comenzado tratando de desterrar de nuestras vidas algunos elementos indeseables.

El calendario maya

Bien. Los mayas tenían razón en todos sus baktunes y el año 2012 terminaba en diciembre de 2012, coincidiendo con los calendarios que todos teníamos en casa. Gracias, mayas. Volveremos a haceros caso a vosotros y a vuestros almanaques dentro de cinco mil ciento treinta y seis años y treinta y seis días (es su ciclo largo).

El Gangman no sé qué

La canción del verano ha sido reemplazada por la canción de YouTube, lo que le proporciona la ventaja de que puede salir en cualquier estación y ser igualmente omnipresente y molesta. A los manufacturadores de estos soniquetes en inglés se les llama One-Hit-Wonders. La maravilla (y el impacto) consiste en que no desaparecen jamás. ¿No han oído ustedes este año (por ejemplo) el Te amo de Umberto Tozzi? ¿O el Aserejé? ¿No? Qué envidia. ¿Y La Macarena?

La prima de riesgo, el abismo fiscal, el déficit privado



Los conceptos económicos, como la canción del verano de la que hablábamos antes, también tienen su momento de gloria. Con la antigua (y única que ha habido) peseta la prima de riesgo estaba en mil y pico. Como de aquella a la ahora célebre prima de riesgo no la hacía caso ni su primo de Ponferrada pues no daba nada de miedo. Baremaciones apocalípticas y acobardantes aparecen de repente como los monstruos de las películas. ¿Quién demonios había oído hablar del ‘abismo fiscal’ norteamericano antes de este año?

Zombies



El 2012 ha sido el año de los zombies. Zombies cómicos, zombies serios, zombies de diferentes presupuestos y, sobre todo, zombies de diferentes velocidades. Siempre que hay crisis vuelven a aparecer este tipo de criaturas en nuestra conciencia colectiva. Que comen el cerebro, dicen . Ya.

Hormigos y el sexting



Las redes y el sexo. Oh, qué irresistible combinación. Chantajes, concejalías, vídeos subidos de tono, ¡¡correos electrónicos con archivos adjuntos!! El ‘cuidao que yo vi a la tuya en la era con el…’ puesto al día. Qué adelantos.

Runners que corren



En España, como la palabra ‘footing’ (que en inglés no significa nada) no nos parecía suficientemente lela, ahora denominamos a la gente que sale en leotardos a dar saltos por ahí con el castizo nombre de ‘runners’. Claro que sí. Cada vez hay más. ¿Qué tienen de malo? Pues de momento, nada; pero ya se nos ocurrirá algo.

Teologías contranaturae



El anterior papa (puede que quede raro pero ‘papa’ va con minúscula porque es un nombre común, consúltenlo) dijo que no había infierno. El actual (Benedicto) dice que en el portal de Belén no había ni mula ni buey. De los demás habitantes del nacimiento no dice nada, así que no tiren ninguna figurita.

El Ecce Mono

Esto sí lo echaremos de menos. Chapuza tan redonda (y, sobre todo, tan inofensiva) va a ser imposible de reproducir. Habrá más atentados contra el arte, el aura benjamiana o la perspectiva caballera, pero nunca tan hilarantes ni perfectos.

Canis, tronistas, documentales sobre la costa de Gandía

Se trata normalmente de eliminar errores (léase la chorrada ut supra) pero, por algún motivo, hay gran cantidad de personas dedicadas a reproducirlos o estimularlos: con objetos, obras o personas. ¿Desaparecerá esta lacra durante el año en curso? o, lo que es más alarmante, ¿realmente queremos un mundo sin estas criaturas? Busquen en su interior.

Estafas, timos, saqueos

Cajas de ahorro, bonus, personas notables que roban sobresalientemente, palacios y palaus, nobles y consortes, compensaciones autonómicas, horizontes de autodeterminación del IVA… Sin ejemplos concretos. ¿Volveremos a oír hablar de estas prácticas o de estos personajes en este flamante año que apenas estrenamos? Seguro que no.

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En nuestro corazón sabemos que estos enjuagues, componendas y bestezuelas seguirán animando nuestros telediarios. Somos seres sentimentales: si están ahí es porque (los) queremos. ¿Para qué arriesgarse a añorarlos? Bueno. Quizá haciendo un esfuerzo… Bah. El año que viene.

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