OPINION

Finge su secuestro para no enfrentarse a su iracunda novia

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En esta esquina de Brooklyn apareció el trapisondista.

Un hombre de 36 años decidió acogerse a la “doctrina Bartolín” y simular un secuestro para justificar ante su novia las dos semanas de inopinada ausencia de su hogar. Rahmell Pettway apareció maniatado con cinta aislante y tirado entre dos coches en una calle de Brooklyn. Los agentes de policía que acudieron a tomarle declaración hallaron sospechoso el hecho de que el rollo de cinta aislante siguiera en la muñeca del “secuestrado”.

Definitivamente, Pettway no es el chico más listo del barrio. Si Bartolín, el que fuera concejal del PP por La Carolina (Jaén), intentó utilizar a ETA como coartada de una farra épica, el neoyorkino intentaba patéticamente de evitar a su pareja, a la que imaginamos dotada de un fuerte carácter. Al ser liberado de la cinta aislante que ataba pies y manos y le tapaba la boca, Pettway contó a la policía que había sido secuestrado el pasado 19 de febrero por dos hombres en una furgoneta azul. Durante más de 15 días, habría estado retenido contra su voluntad y torturado por estos misteriosos individuos.

Pero la policía no es tonta, y menos la de Nueva York, así que un rápido examen visual llevó a los agentes ante una paradoja: el mismo rollo de cinta aislante utilizado para atar al hombre seguía en su muñeca a modo de brazalete. Confrontado a la contradicción, Pettway se vino abajo y confesó el engaño: llevaba dos semanas de injustificada deserción de su hogar y temía decirle la verdad a su pareja.

Policías y testigos del falso secuestro coincidieron en describir como “chapucero” y “patético” el plan de Rahmell. Una vecina citada por New York Post añade la cruz de la ignominia a las dos cruces del desertor: “Es lamentable. Si eres un hombre, afronta las consecuencias de tus actos”.

Visto en New York Post. La tragicómica historia de Bartolín en Malas Lenguas.

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