OPINION

Siete claves del gran éxito de 'Supervivientes 2011'

CONCURSANTES SUPERVIVIENTES 2011
CONCURSANTES SUPERVIVIENTES 2011

1. EL CONDUCTOR. Jorge Javier Vázquez ha aportado al programa su ácida rapidez de reflejos televisivos. Sabe manejar como pocos los gustos del audímetro. Y eso, a veces, se vuelve en su contra. Pero en 'Supervivientes 2011' saca su lado canalla más positivo hasta conquistar la complicidad del espectador.

2. EL CASTING. En esta edición, existe un puñado de variopintos participantes que conocen a la perfección las entrañas de la telerealidad. Y no están dispuestos a perder minutos de gloria. Entre ellos, Kiko Rivera, al hijo de Isabel Pantoja el público le ha visto crecer y ahora descubre cómo es en realidad. Por cierto, su espontaneidad de "vividor" está siendo toda una revelación.

3. LA ESTRUCTURA. 'Supervivientes 2011' es un programa estupendamente escrito. Porque no nos engañemos, está escrito. El equipo sabe estrujar los conflictos para crear tramas, fomentar polémicas y mantener la atención en alto, como si de una buena ficción se tratara. No caen en el error de tener un guion de cemento armado. Porque la imprevisibilidad en televisión es fundamental.

4. EL ENVOLTORIO. El espacio cuenta con una realización visual cuidada, dinámica y, a veces, incluso épica. Una puesta en escena premeditada que no olvida la importancia de los fondos musicales. Y es que 'Supervivientes 2011' tiene “banda sonora” como si fuera una serie al más puro estilo 'Lost'. Un detalle casi invisible que multiplica la potencia del show.

5. EL CONTRAPUNTO PRESTIGIOSO. Raquel Sánchez Silva es una reputada comunicadora que está rompiendo con su imagen de presentadora estática. Gracias a su naturalidad en 'Supervivientes', la ex imagen de Cuatro suma adeptos cada semana.

6. LAS PRUEBAS FÍSICAS. Han perdido complejidad para ganar en ritmo, vistosidad y “barro”. Recuerdan más a las eliminatorias del 'Un, dos, tres... responda otra vez' que a espesas aventuras de náufragos perdidos en una isla.

7. LA AFICIÓN. Las personas que están sentadas en la grada del plató disfrutan, sienten y viven el programa. No son el habitual público de agencia de modelos dormido en el decorado. Aquí están "entregados" al concurso. Y eso traspasa la pantalla.

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