Esperanza Aguirre siempre ha sabido manejar al dedillo los medios de comunicación. Porque consigue estar en el momento justo en el lugar adecuado, logra soltar el titular del día o planifica el golpe de efecto perfecto para protagonizar la foto de la semana. Sabe dar juego a la prensa, vaya.
Incluso en los viejos archivos de la televisión, Esperanza no pasa desapercibida. En 1992, la gran Lola Flores dio en la diana preguntando a Aguirre sobre dos grandes problemas sociales de la época: tráfico y drogas. Aguirre, que en aquel momento era concejala de Medio Ambiente de Madrid, sólo supo esquivar el bulto de las cuestiones y, de paso, mostró sus primeros síntomas de desparpajo mediático.
Esperanza Aguirre ya era Esperanza Aguirre y, sobre todo, Lola Flores era y será Lola Flores.
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