OPINION

El tijeretazo más duro de TVE

TVE RECORTE
TVE RECORTE

El Consejo de Administración de RTVE celebrará este miércoles una reunión extraordinaria. El motivo: analizar los efectos directos del recorte de 200 millones de euros del presupuesto de 1200, que tenía previsto la corporación para este año.

Sin ingresos publicitarios, este tijeretazo en el presupuesto es un golpe mortal a los cimientos de nuestra radio televisión pública actual; ya que, un fondo de 1000 millones resulta insuficiente para mantener el nivel vigente de los seis canales de televisión del grupo: La 1, La 2, 24 Horas, Clan, Teledeporte y TVE HD.

Este miércoles, el Consejo analizará qué medidas tomar. Entre ellas, podría barajarse el cierre de algún canal (Teledeporte estaría en el punto de mira debido al alto coste de los derechos deportivos) o recuperar la publicidad que el viejo ENTE dejó de emitir hace dos años. Esta última decisión es complicada porque implicaría la modificación de la Ley de Financiación de la Corporación, ya que, con la entrada de anunciantes, la televisiones privadas tienen derecho a descontar su aportación correspondiente de forma proporcional a los ingresos publicitarios en TVE (pagan un canon del tres por ciento de sus beneficios).

De momento, Televisión Española ya tiene comprometida la costosa emisión de los Juegos Olímpicos de Londres. El acontecimiento es de servicio público, pero, también, necesita un serio desembolse económico que ninguna televisión privada asumiría por su escasa rentabilidad.

El fin de la publicidad de TVE fue un regalo del anterior Gobierno a las televisiones privadas que, en plena crisis económica, presionaron para minimizar una televisión pública líder de audiencia y, así, repartir, entre menos comensales, la tarta publicitaria.

Pero La 1 de Televisión Española ha seguido funcionando como una televisión comercial y competitiva. De esta manera, series como Águila Roja logran datos de audiencia que no consigue ninguna televisión privada. Aunque, este tipo de producciones no se enmarcan dentro del llamado “servicio público”, tienen unos elevados costes de producción y, además, no se fabrican dentro de la propia TVE.

La corporación deberá reorganizar los contenidos de todos sus canales para, sin una base publicitaria, mostrarse como una alternativa contundente a las cadenas comerciales. Y eso se puede conseguir sin desorbitados presupuestos. Hay que cambiar el viejo modelo de televisión, marcando la diferencia con los competidores, arriesgando con nuevos programas menos convencionales y rescatando más el valioso archivo audiovisual de TVE.

En ese camino, los últimos años de La 2 y el infantil Clan TVE han resultado un excelente campo de cultivo de contenidos para el servicio público. Unos canales que no se han olvidado de informar, formar y, por supuesto, entretener al espectador. Lo han hecho usando las nuevas tecnologías, cuidadas puestas en escena y el instinto de la creatividad televisiva para llegar a más gente. Ese debería ser el futuro de la televisión pública. Porque, lejos de las producciones con elevados presupuestos de antaño y fuera de mastodónticos acontecimientos deportivos, talento hay e ideas también.

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