OPINION

¿Qué tienen en común ‘Mujeres Desesperadas’, ‘Gremlins’ y ‘La Familia Monster’?

WISTERIA LANE
WISTERIA LANE

Mujeres desesperadas tiene los días contados y Divinity, canal que esta semana ha cumplido un año y que emite la última temporada de esta serie, prepara un gran evento en su parrilla para despedir como se merece a Bree, Susan, Lynette y Gabrielle.

Ya han pasado ocho temporadas desde que, en 2004, la ABC y Universal decidieron crear esta ficción que se desarrolla en Wisteria Lane, una lujosa zona residencial de ensueño.

Y como los norteamericanos no se andan con tonterías, en vez de buscar una localización real idónea en un pueblo de California, crearon la calle a su antojo en uno de los extremos del corazón de los Estudios Universal en Burbank.

Así, además de poder crear el lugar a la medida del guion, también exprimen todas las posibilidades a la hora de grabar, incluso instalando grandes grúas que logran armónicos planos generales de conjunto, que son seña de identidad del estilo Desperate Housewives.

Pero este barrio tiene mucha historia previa: antes de Mujeres Desesperadas, este lugar arbolado, escondido entre una maraña de grandes platós, era conocido como Colonial Street. Se trata de una calle que Universal empezó a construir en 1946 para albergar rodajes: la primera casa fue de la película So go muy love, chalet que, en la actualidad, con una fachada algo modificada, es la residencia de Grabrielle (Eva Longoria).

Desde entonces, esta calle ha vivido cientos de rodajes de emblemáticas producciones televisivas y cinematográficas como en los Gremlins, Buffy Cazavampiros, Deep ImpactBethoven, Casper... e, incluso, aquí está la mansión de La familia Monster, casa repintada para estar más a tono con la elegancia de Wisteria Lane y los personajes que la ocupan, desde 2007, Hunter (Tuc Watkins) y McDermott (Kevin Rahm)

Y es que desde  2004 Colonial Street empezó a albergar Wisteria Lane. Ocho años después, ahí sigue la calle, con todas las mansiones redecoradas para las Mujeres desesperadas, por fuera y por dentro. No falta detalle: jardines, farolas, sistema de alcantarillado, coches bien aparcados, el pomposo parque de la glorieta central…

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Una colosal inversión en escenografía que sólo se puede hacer en Hollywood y con la rentable industria de ficción de EE.UU.. Aunque, eso sí, los norteamericanos rentabilizan hasta el último dólar, no sólo se conforman con la distribución a nivel mundial de las series y su merchandising, también saben exprimir los sets de rodaje como atracción turística, frecuentada por trenecitos llenos de forasteros que están deseando ver el lugar donde se crea la televisión a lo grande, el lugar donde se hace realidad la imaginación de la tele que se convierte en mítica:

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@borjateran | @telediaria

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