OPINION

'Buenas noches y Buenafuente', ¿un programa para prime time?

Buenas-noches-Buenafuente-Berto-Corbacho-estreno
Buenas-noches-Buenafuente-Berto-Corbacho-estreno

Buenafuente quería volver a televisión. Y deseaba hacerlo desde un teatro de verdad, incluso se planteó ocupar una emblemática sala del centro de Madrid. Pero los recortes presupuestarios y el ERE que sufrió su productora, El Terrat, terminaron con esta cara posibilidad que negoció con varias televisiones.

Aún así, el cómico catalán regresó anoche a Antena 3. Lo hizo por la puerta grande, a las 22.00h, y, a falta de teatro verdadero, construyó un decorado en plató que imitaba a una gran sala de fiestas con telón rojo y todo. No era el Folies Bergère, pero casi.

Escenografía brillante para un reencuentro televisivo frío, huérfano del nervio del directo real, que se quedó en tercera opción de la noche (2.829.000 espectadores y sólo un 14 por ciento de share) y sin ninguna novedad de contenidos que marcara la diferencia con sus anteriores programas. El único cambio fue que, por primera vez, Andreu no tenía su típica mesa.

Buenas noches y Buenafuente es el resultado de fusionar la escaleta del habitual show del cómico en La Sexta con la aureola de sus míticos programas de TV3,  como Sense Titol, que presentó con éxito en el horario de máxima audiencia en los noventa. Una fórmula que necesita nuestra televisión bien ejecutada, aunque anoche no lideró porque sus contenidos tuvieron un punto sibarita. Y no hay que olvidar que Antena 3 es una televisión comercial generalista.

Tras una parodia de Salvar al soldado Ryan, Andreu arrancó con su tradicional monólogo de siempre (a mi madre le hizo gracia), pero luego el ritmo de la noche se desmoronó con unas entrevista exquisitas (estuvieron Arguiñano, Arzak y Adriá) y otras secciones típicas (con sus colaboradores también de siempre: Berto, Corbacho o la gran Silvia Abril) que pueden ser interesantes para un canal más especializado en un perfil de público, pero no lo suficiente espectaculares para un estreno en prime time de una televisión de primera línea de fuego. A diferencia del instinto televisivo, para todos los públicos, que acostumbran los espacios de entrevistas norteamericanos, como Late Show with David Letterman, The Ellen DeGeneres show o The Tonight Show with Jay Leno, que también intentó dar el salto al prime time sin lograr las expectativas de audiencia.

Anoche, Buenafuente  (en la foto de arriba haciendo la rana) hizo la televisión que le gusta hacer (un lujo, sí) pero se olvidó de que el compás del prime time es bien diferente al aullido del late night y que, a la hora de consumar televisión comercial, también hay que pensar, de vez en cuando, en el espectador verdadero. Y no sólo acordarse del público para utilizar sus tuits más hilarantes en el guion, porque si los utilizas sin citar al creador, encima, se te ponen las redes sociales en contra, como es lógico y como pasó anoche.

Buenafuente ayer volvió a la televisión y, en unas semanas, volverá al late night. Tiempo al tiempo.

MÁS ARGUMENTOS...

¿Tiene futuro Buenafuente en el prime time de Antena 3?

Mostrar comentarios