OPINION

La revolución de los 'Telediarios'

CAMPOY-CASO-ESCARIO TELEDIARIO
CAMPOY-CASO-ESCARIO TELEDIARIO

Ha comenzado el mes del cambio en la cúpula de RTVE. Un cambio de rumbo que, previsiblemente, también afectará a los servicios informativos, estandartes de la televisión pública y que, en los últimos tiempos, se han consolidado en audiencia y credibilidad.

Pero, en los 55 años de historia de TVE, los Telediarios han sobrevivido a muchas mutaciones y transformaciones: algunas improvisadas, otras más premeditadas. Así sucedió en 1985, cuando el director de los servicios informativos, Enric Sopena, y el arriesgado (y controvertido) director general del ENTE en aquella época, José María Calviño, idearon una renovación a fondo, y sin precedentes, para dar a las noticias televisadas una mayor personalidad y una puesta en escena más luminosa, cercana y menos institucional.

Dos jóvenes y desconocidas periodistas fueron las elegidas para la revolución de los Telediarios: Concha García Campoy y Ángeles Caso. La primera presentó, junto a Manuel Campo Vidal, la edición de las tres de la tarde y la segunda hizo lo mismo, al lado de Paco Lobatón, a las ocho y media de la tarde.

En este equipo de los Telediarios también daban la cara Rosa María Mateo, en las madrugadas, y el carismático Luis Carandell en los fines de semana. Además, en los platós de Torrespaña estaba aterrizando otra profesional que se convertiría rápidamente en uno de los rostros fundamentales de TVE: María Escario.

Los presentadores de informativos habían dejado de ser bustos parlantes, ya participaban en la edición de las noticias.  Fue una generación prolífica, con un porvenir de prestigio, credibilidad y oficio. Y es que todos tenían un futuro profesional rotundo en la primera línea de fuego mediático.

EL OTRO LADO DEL PERIODISMO

Ángeles Caso, licenciada en Historia del Arte, provenía del Centro Territorial de Asturias. Su aparición en la televisión nacional colocó a la periodista en las listas de las españolas más atractivas e incluso fue tentada para protagonizar cine. Pero su timidez la llevó a escapar de esta popularidad y, tras presentar los Telediarios y el magacine La Tarde, solicitó abandonar sus tareas de presentación y se incorporó a la redacción anónima de los Telediarios. En 1994, dejó el periodismo para dedicarse a su gran pasión: escribir. Ganó el premio Planeta con la novela Contra el viento en 2009.

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