OPINION

Cosas que debe saber un abogado del Estado para presidir RTVE

TVE CONSTRUCCION
TVE CONSTRUCCION

Llegó el día. Tras meses de vacío de poder, con sus dimes y diretes, el Partido Popular ha propuesto hoy a un abogado del Estado, Leopoldo González Echenique, para ocupar la Presidencia de RTVE. En tiempos de recortes y de futuro incierto de la radio televisión pública, el perfil gestor ha ganado peso sobre el conocimiento de las tuberías de la pequeña pantalla. La sostenibilidad económica es importante en una cadena, sí, pero todo administrador que se precie debe saber otras claves intangibles, e ilógicas, que esconde el alma de RTVE.

El techo del Estudio 1.

El despacho del Presidente de RTVE es amplio, luminoso y tiene acceso independiente. Aunque, cuando se aterriza en la sede de Prado del Rey, lo más saludable es ir unos metros más allá, hasta cruzar la puerta del primer plató de Televisión Española. Puede ser una experiencia emocionante. Fue construido bajo la órdenes de Fraga Iribarne e inaugurado, en 1964, como el estudio más grande de Europa. Hoy sigue funcionando con su perfecta estructura para colgar los focos intacta, una parrilla milimétrica que ya casi nadie construye por su elevado coste. Aquí dentro se inventó la televisión de este país. Quizá, un abogado puede pensar que eso es una simple y vieja nave industrial más, pero debajo de este techo vimos a Uri Geller doblando cucharas, a Mayra Gómez Kemp bajando la escalera del Un, dos, tres... o a Raffaella Carrá jugando al "Si fuera". Todo era y es posible en el Estudio 1.

Abrazar a la audiencia.

La televisión debe ser hecha por y para el espectador. En el momento que sus contenidos miren por encima del hombro al público o se olviden de sus intereses reales, la televisión se queda sola.  Así, pensando en la audiencia, lo hacía José María Iñigo junto al mítico realizador Fernando Navarrete, propuesto hoy también por el Partido Popular para estar en este nuevo consejo. Así también lo hacía Chicho Ibáñez Serrador. Y así lo han hecho tantos otros profesionales de TVE que crearon escuela a base de su talento para la invención. Ellos lograron realizar grandes clásicos como La Regenta, Fortunata y Jacinta, Santa Teresa… o popularizar, sin frías presentaciones institucionales, los magacines con Por la Mañana de Jesús Hermida o Pasa la vida de María Teresa Campos.

La producción propia existe.

Televisión Española es equipo, la experiencia de los profesionales que construyen a diario la programación es fundamental y nunca ha sido valorada en su justa medida. No sólo a la hora de realizar televisión, también como gran transmisor de pericia profesional a las nuevas generaciones. Y es que los medios propios de TVE fueron capaces de levantar grandes espacios con un ingenio que podía con presupuestos ajustados. De esta forma, se lograron hitos de repercusión internacional como El Hombre y la tierra, Al filo de lo imposible, Informe Semanal, La edad de Oro con Paloma Chamorro, Mundo Acción con Miguel de la Cuadra Salcedo o, en el territorio más lúdico, las inolvidables Galas del Sábado de Laura Valenzuela y Joaquín Prat o los 300 millones de Pepe Domingo Castaño que se emitía desde Madrid para todo Latinoamérica.

Los niños, primero.

Los payasos de la tele, Barrio Sésamo, El Kiosco, Los mundos de Yupi, La bola de cristal, Cajón desastre, No te lo pierdas... ¿Qué hubiera sido de nuestra vida sin todos estos programas que marcaron a generaciones? Todos tienen en común que hablaban a los niños como si fueran adultos y que no se quedaban en el estereotipo infantil, preferían arriesgar inventando con la imaginación. Y siempre con la meta de enriquecer la curiosidad del espectador a través de travesuras catódicas que, a veces, eran políticamente incorrectas ¡Qué atrevidos!. Hoy por hoy, las cadenas comerciales suelen olvidarse de los más pequeños y TVE tiene que ser todo un clan de creatividad para el futuro de un país de talentos. Y esto no cuesta mucho dinero.

La inmensa minoría.

La 2 ha roto su cliché de canal aburrido y ha logrado demostrar que la cultura puede ser entretenida, cercana y acorde con unos ritmos audiovisuales actualizados, lejos de engoladas narraciones incompresibles para el espectador. El beneficio de la difusión cultural que ha realizado RTVE, en sus 55 años de vida, no está pagado con dinero. La divulgación no debe estar sólo en plataformas de pago. Por eso mismo, hay tantas marcas comprometidas con el patrocinio cultural.

Los pilares de la parrilla.

Algunos profesionales de perfiles gestores que han dirigido grandes cadenas han pecado de intentar repetir fórmulas televisivas con las que habían crecido, pero que ya estaban obsoletas. Nadie sabe cuáles serán los pilares que aguantarán la parrilla de los canales de una TVE sin publicidad y con un presupuesto inestable en el futuro. Lo que está claro es que una de esas vigas maestras de acero que sustentará a la Corporación está en Internet, la herramienta que pasó de ser desdeñada a engranaje fundamental e irreversible de Radio Televisión Española gracias al portal rtve.es, de los mejores del panorama internacional.

La caja fuerte del archivo.

El gran valor añadido, y olvidado a la vez, de TVE son su videoteca y radioteca. Ambas tienen un valor histórico incontestable, como espejo de la pluscuamperfecta sociedad española. Los informativos, los programas y las ficciones que guarda el fondo documental de RTVE son las joyas de la corona de un país que ha crecido visto por la tele y escuchado por la radio.

La ventana al mundo.

Los informativos de TVE han vivido muchas revoluciones, internas y externas. En los últimos años, han sido reconocidos con prestigiosos premios internacionales y han conseguido la confianza de la audiencia. No siempre fue así, aunque, en su medio siglo de historia, los profesionales lograron hacer piruetas para saltarse la censura. Ahora, con los medios que ya tiene a su alcance la sociedad para el acceso a la información, un control oficialista de la televisión pública sólo serviría para derrotar la imagen pública de un gobierno que debe creer en la honestidad del periodismo y la inteligencia del espectador.

La magia.

Quizá en tiempos de crisis, de recortes, de malas noticias, de hecatombes financieras… RTVE puede recobrar su importancia de motor de una sociedad gracias a su poder para transmitir sensaciones.   Esa es la magia de una televisión pública que es intrínseca a nosotros mismos, patrimonio nacional que nos ha ilusionado, formado, informado y, por supuesto, entretenido. Y lo seguirá haciendo.

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