Hecatombe. El prestigioso diario francés Le Monde está realizando un repaso por los más llamativos rostros del panorama televisivo internacional. Y, de nuestro país, no lo ha dudado: ha escogido a Belén Esteban.
Hay millones de profesionales contratados por nuestras cadenas, pero no, había que elegir a la colaboradora que saltó a la fama por ser novia de torero. De esta forma, la Esteban ha sido protagonista ayer de parte de la portada del diario y de un exhaustivo reportaje en su sumplemento de televisión.
En las páginas interiores se ejecuta una radiografía de nuestra estrella televisiva que se creyó artista y que la publicación gala describe como "rubia, 39 años, demasiado delgada y con la cara estropeada por la vida", a lo que desde el diario, que no se cortan a ridiculizar a la Esteba, se atreven a añadir que es un “juguete de la cadena y del público”. Y en esto último no se equivocan. Ni mucho menos. Es un juguete y roto, porque le han hecho creer algo que nunca fue.
Pero Le Monde ha llegado tarde, el climax de fama de Belén Esteban ya tocó su cima. Tras diez años de hipnosis colectiva, en los que ella se ha hecho millonaria exprimiendo y repitiendo la misma historia, el interés por su vida ya no engancha como antes a la hambrienta audiencia, que necesita cada vez más carne en el asador del morbo.
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