OPINION

Seis claves del éxito del concurso 'Lo sabe, no lo sabe' en Cuatro

LO SABE NO LO SABE JUANRA BONET
LO SABE NO LO SABE JUANRA BONET

Lo sabe, no lo sabe es un concurso de Cuatro donde peatones responden preguntas. Hasta ahí nada nuevo. Pero, sin embargo, este programa se ha convertido en el gran descubrimiento del verano. La principal singularidad del espacio reside en que los propios participantes no pueden responder a las preguntas, sino que deben localizar a transeúntes que lo hagan por ellos, aplicando su psicología para saber si dichos transeúntes acertarán o no. Porque, a veces, para ganar también necesitan que el asediado se equivoque.

Todo un inesperado éxito que incluso puede mover de horario a una de las grandes apuestas de Mediaset para Cuatro este septiembre, el show Guasap!, con Dani Martínez.  Pero, ¿a qué se debe la buena acogida de Lo sabe, no lo sabe?. Recorremos seis claves que han hecho de este programa un producto redondo:

UNO. EL MUNDO EXTERIOR.

Lo sabe, no lo sabe no tiene plató. Y eso en los tiempos que corren es una ventaja, porque se minimizan costes de producción. Al contrario que su formato predecesor, El Cubo de Raquel Sánchez Silva, que contaba con un dispositivo de escenografía, pruebas y cámaras digitales para consumar una realización espectacular, sí, pero que encarecía el resultado final.

En la era que vivimos de austeridad, Lo Sabe, no lo sabe logra convertir el ahorro en virtud al jugar con peatones pillados por “casualidad”. Así nace en la audiencia esa curiosidad cotilla y voyeurista que todos llevamos dentro. Y, encima, podemos opinar de las pintas del personal desde el sofá de casa, sin que nadie nos critique por ello.

DOS. CALLEJEROS, VIAJEROS… Y PREGUNTONES.

Lo sabe, no lo sabe incorpora la dinámica de los docureality al concurso. De esta forma, el espectador no sólo observa a las víctimas pilladas in fraganti, también disfruta curioseando las localidades que visita el espacio y esperando a que cualquier día, por sorpresa, aparezca su ciudad o pueblo. Porque Lo sabe, no lo sabe no se queda en Madrid: sale por España rejuveneciendo el espíritu filantrópico de Labordeta en Un país en la mochila y madurando la estela sembrada por los reporteros de Callejeros y otros sucedáneos.

TRES. JUGANDO DESDE CASA.

Lo sabe, no lo sabe no va de erudito. El programa no rebusca las preguntas en viejas enciclopedias llenas de polvo, prefiere quedarse en cuestiones reconocibles para la audiencia mayoritaria. Y así el espectador no tira la toalla, juega de forma activa y, de paso, recuerda instantes de su vida, con preguntas que van directas a nuestra memoria más empática.

CUATRO. EL PRESENTADOR.

Tras su paso por Gafapastas en La 2, Juanra Bonet ha encontrado un espacio que le va al dedillo. Él es el encargado de acompañar a los concursantes y logra una complicidad absoluta con el espectador. Está en el punto exacto de cercanía, ironía y acidez. Y esta personalidad es una gran baza del programa: te ríes con los protagonistas de cada episodio y te identificas con las salidas de todo del propio presentador. En una televisión de comunicadores solventemente perfectos, tener una pizca de temperamento politicamente incorrecto funciona y se agradece.

CINCO. EL MONTAJE.

Lo sabe, no lo sabe va al grano. El concurso está montado con un ritmo que tiene las ideas claras y en el que se sabe sacar jugo a las situaciones a través de una selección musical tan atinada como traviesa y una realización construida para mostrar las reacciones que el espectador quiere y necesita ver. Esto último debería ser habitual en televisión, pero, en los últimos frenéticos años, no lo es ni en muchos platós con ocho cámaras. Aquí, en cambio, con sólo dos cámaras, y un equipo de sonido portátil, consiguen mostrar una realidad mayúscula y algo pícara. Y en la tele, la realidad cuando parece real es infalible.

SEIS. LA VERSATILIDAD.

Aunque pudiera parecer un formato que se puede desgastar con el tiempo debido a su dinámica simple (5 preguntas para 3000 Euros), este programa está sabiendo renovarse a diario. El programa ideado y desarrollado por  Mandarina Producciones, no se queda en el tópico repetitivo e intenta indagar en diferentes perfiles de protagonistas, lugares, profesiones y hobbies para que el show nunca pierda esa imprevisibilidad que es la gasolina fundamental para el éxito en la televisión de hoy y siempre.

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