OPINION

5 secretos que nunca te dijeron de 'Un, dos, tres... responda otra vez'

Chicho Ibañez Serrador Mayra
Chicho Ibañez Serrador Mayra

El pasado sábado el FesTVal de Vitoria homenajeó, por su cuarenta aniversario, al Un, dos, tres... responda otra vez.  Se ha hablado mucho del concurso más mítico de la historia de nuestra televisión, pero hoy desvelamos cinco curiosidades que nunca contó  Chicho Ibáñez Serrador.

1. Durante la subasta, el público no veía las actuaciones en el majestuoso decorado. Éstas ya habían sido pregrabadas y los espectadores en plató tenían que conformarse con ver el resultado en un triste monitor. Pero la gente estaba entregada al espectáculo, pues disimulaba como si tal cosa.

2. Al principio, el turno de preguntas culturales del arranque del programa se realizaba como lo veíamos por la tele. Pero, tras producirse algunas meteduras de pata por parte de Las Tacañonas, Chicho decidió que los concursantes agotaran los 45 segundos de tope de tiempo. Después, se paraba la grabación y se comprobaba, una a una, cada respuesta acertada. Si había fallo,  se metía, en postproducción, el “campana y se acabó” de las hermanas Hurtado. De ahí que siempre la rima fuera tan perfecta... Rima que se inventaba Serrador y que soplaba a través de un teléfono. Entonces, no había pinganillos.

3. Nina tenía voz. Y cantaba. Pero la mayoría de las azafatas no daban ni para gorgoritos en la ducha. Así que interpretaban los musicales en riguroso playback. La mayoría de las veces, el vozarrón que escuchábamos en boca de las secretarias era de Andrea Bronston, hija del famoso magnate cinematográfico que construyó los actuales Estudios Buñuel y conocida por ser corista de Camilo Sesto.

4. Martes y Trece estuvieron a punto de ser elegidos para ser Las Tacañonas. Pero, finalmente, fueron contratadas las hermanas Hurtado.

5. Durante el primer programa de la última etapa, Un dos tres... a leer esta vez, Ibáñez Serrador despidió a una azafata, Magda. Lo hizo en plena grabación y delante del público. El motivo: no le convencía como bajaba las escaleras.

Así es la magia de la televisión. No obstante, Chicho lograba que todo pareciera natural, imprevisible y real. Espectáculo en estado puro, reflejo de un país con una ilusión que creció de la mano del Un dos tres... responda otra vez. Esa misma ilusión hizo que obviáramos que Serrador repetía, una y otra vez, su solemne y lacrimógeno discurso de despedida en cada temporada. Lo perpetró tantas veces que, al final, tuvo que reírse de si mismo. Aunque, para ello, terminó torturando una pandilla de chinos en Prado del Rey:

http://www.youtube.com/watch?v=AaCKBtyucGU[embed]

MÁS SOBRE 'UN, DOS, TRES...'

40 años de 'Un, dos, tres...'

El perspicaz as en la manga de Chicho Ibáñez Serrador

> La última imagen de ‘Un, dos, tres…’

> Cuando Jesús Vázquez y Lara Dibildos concursaron.

> Ruptura televisada: Enrique y Ana

> Paula Vázquez, azafata Número Uno

> Terror en ‘Un, dos, tres…’

Mostrar comentarios