OPINION

5 puntos fuertes de 'La Voz', la gran apuesta de Telecinco con Rosario, Bisbal, Malú y Melendi

JURADO LA VOZ TELECINCO BISBAL MELENDI ROSARIO MALU
JURADO LA VOZ TELECINCO BISBAL MELENDI ROSARIO MALU

Llegó el día. Tras más de seis meses de promociones, Telecinco estrena La Voz. Se trata del programa cazatalentos musical, de la factoría Talpa, que ya ha triunfado internacionalmente. David Bisbal, Melendi, Rosario Flores y Malú será los encargados de elegir a los concursantes del programa. Pero lo harán sin poder verles la cara. Esta es la particularidad del espacio: los miembros del jurado están sentados de espaldas y sólo descubrirán cómo son físicamente los participantes si deciden apretar un botón que girará su silla. En caso de darse la vuelta varios jueces, el propio concursante tendrá la difícil tarea de escoger sólo a uno de ellos para que sea su padrino y coach. Y, para capitanear todo esto, Telecinco recupera en el prime time a uno de sus mejores maestros de ceremonias: Jesús Vázquez, que vuelve a un formato musical después de ser sustituido inexplicablemente por Pilar Rubio en la última edición de OT. Pero lo que está claro es que el estreno de La Voz viene fuerte, un lanzamiento con cinco puntos clave calculados para no dejar indiferentes a los espectadores de Mediaset esta noche. Te los desvelamos:

Uno. Sin miedo a que se note que es grabado.

Como el formato original, La Voz no disimula que es un programa enlatado y montado. Al contrario, esta particularidad se aprovecha a favor del show. Así tienen más ritmo y fluidez los denominados cástings ciegos.

Lo que en directo podría ser un caos, aquí es una ventaja competitiva. Todo está medido para mantener la atención en alto e impulsar el interés dramático del espectáculo hasta el final de la noche del estreno.  Y no se disfrazan demasiado los cortes de edición. No hace falta. El espectador lo entiende.

Dos. Los concursantes... y sus acompañantes. 

Los concursantes son protagonistas. Pero no sólo por su música. En La Voz veremos cómo llegan al plató rodeados de su gente, cómo comparten alguna que otra pincelada de intimidad y, sobre todo, cómo desfilan hacia el estudio. El formato de Talpa aprovecha al máximo los instantes de nervios previos para emocionar al público. También jugando con el sonido: impresiona la subida de cada participante al escenario, con el plató en un abrumador silencio sólo roto por los pasos del concursante.

Otro de los aciertos de La Voz, como es habitual en los talents shows,  es que las canciones son muy reconocibles para que conecten rapidamente con los recuerdos de la audiencia. Eso sí, durante la actuación de cada aspirante, en este formato no hay miedo de abusar con acierto de insertos con las reacciones espontáneas de familiares o amigos (incluso con indiscreto sonido ambiente superpuesto sobre la canción). Y es que algunos de los acompañantes de los concursantes tienen otro reality...

Tres. El jurado en primer plano. 

David Bisbal, Melendi, Rosario Flores y Malú están examinando cantantes desde su punto de vista de cantantes. Aunque no olvidan que La Voz es un programa de televisión. De hecho, los piques entre ellos y sus intensas dudas, a la hora de apretar el botón durante las canciones, son un plus para el gancho del formato y contrarrestan la monótona puesta en escena de las actuaciones. Y es que, a diferencia de otros talents, The Voice apuesta en sus audiciones ciegas por unas escenografías desnudas, donde sólo está el aspirante. Sin derroche de luces, ni ballets descamisados (con lo que siempre sube el share esto último... ejem).

Esta austeridad escénica se suple gracias a una atinada realización, a cargo de Julián García Flórez, que aprovecha la juguetona materia prima de todos los personajes protagonistas del espectáculo, prestando especial atención a los hipnóticos caretos de los miembros del jurado cañí en pleno proceso de escucha. Hay alguno que será una auténtica revelación en expresividad. Bisbal nos regalará un surtido de muecas imparable, al tiempo...

Cuatro. El presentador que ya es como de la familia. 

Jesús Vázquez dice que ha regresado al prime time de Telecinco como un "niño con zapatos nuevos". Aunque él ya es todo un perro viejo en este tipo de programas. Y se nota: porque logra esa cercanía y naturalidad que se echó tanto de menos en la última etapa de Operación Triunfo.

El presentador es cómplice de los concursantes pero, también, de los familiares que le achuchan como si fuera uno más de casa. Asimismo, las tablas de Vázquez saben exprimir de motu proprio el lado más televisivo de los invitados. Está todo muy medido, sí. No obstante, Jesús reacciona, improvisa, sabe lo que funciona en la pequeña pantalla y no depende exclusivamente del guion. El programa gana mucho con la empatía que despierta Vázquez, dentro y fuera de La Voz.

Cinco.  El patio de vecinos de la red social. 

El jurado, los concursantes y sus familiares son perfectos para el comentario y el chascarrillo en la red social.  Y los responsables de Telecinco lo saben y han creado el programa a la medida del ciberespacio. El estreno de hoy cuenta con varios momentos para causar el furor tuitero.

Para dinamizar este universo 2.0, Telecinco ha transformado a Tania Llasera en hiperactiva community manager del show y, además, realizará contenidos exclusivos sobre los entresijos del talent para la web de la cadena. ¿Qué veredicto darán las redes sociales de La Voz? Esta noche, la respuesta.

TEMA RELACIONADO:

'American Idol': contra el desgaste televisivo, emoción genuina

El morbo sin complejos de 'X Factor'

Seis claves de ‘El Número Uno’

Claves del éxito de 'Tu cara me suena'

Mostrar comentarios