OPINION

Telecinco hace ‘Lo imposible’ para vender su gran inversión en cine

PREMIERE LO IMPOSIBLE
PREMIERE LO IMPOSIBLE

La gran apuesta cinematográfica de Telecinco (y por ende de todos los canales de Mediaset España) aterriza este jueves en la cartelera. Se trata de Lo imposible, una superproducción dirigida por J. Bayona (El orfanato) que ha costado 30 millones de euros y que relata la historia real de una familia que vivió el gran tsunami que arrasó las costas del sudeste asiático en 2004.

Mediaset se la juega con este estreno: es su millonaria inversión cinematográfica del año.  La película debe triunfar en taquilla, sin miramientos. Y el grupo televisivo no ha querido dejar ningún cabo suelto para conseguirlo. Así que, anoche, la familia de canales de Telecinco realizó una retransmisión multicanal de un preestreno de cine sin precedentes en la historia de nuestro país . Todo un engranaje diseñado al milímetro para transformar esta película en un acontecimiento de obligada visión. Lo han hecho con una maestría innegable: intentando crear en la audiencia la sensación de que este filme es una experiencia inigualable e inaudita.

El sarao de Lo Imposible no parecía una premiere, directamente parecía que asistíamos a la alfombra roja de los Oscars. De hecho, la retransmisión copiaba la estructura de los programas de red carpets norteamericanos con varios sets de entrevistas y planos espectaculares del recinto desde grúa. Aunque aquí no había premios, sólo una película que vender.

De esta forma, Divinity, Energy y LaSiete ofrecieron simultáneamente el evento al completo en directo. Mientras, Cuatro retransmitió la llegada de los variopintos invitados (desde Belén Rueda a Paz Padilla) e Informativos Telecinco y Noticias Cuatro realizaron conexiones, donde se alababan las virtudes de la película.

Al frente de todo este dispositivo anduvo una pletórica Raquel Sánchez Silva que, como si estuviera recibiendo a los concursantes de Acorralados, dio la bienvenida en los cines Kinepolis al director, Juan Antonio Bayona, la gran estrella protagonista Naomi Watts y a la revelación de la película, el niño Tom Holland. Los tres, juntos, hicieron su aparición espectacular en la sala 25 de estos majestuosos cines, mientras una steady cam seguía sus movimientos. Parecía un reality. Tanto que incluso esta cámara móvil les fue a buscar a una salita vip, al estilo de Sálvame Deluxe.

Es Telecinco, es televisión, es espectáculo y, anoche, los responsables de esta cadena volvieron a demostrar que saben calentar motores (y cabezas) con un instinto encomiable que rompe los clichés de la promoción tradicional a través de la creación de "acontecimientos sociales" que, a pesar de ser prefabricados artificialmente, contagian en el público un interés e implicación por los productos más costosos de esta empresa: ya sean series, talents, realities o cine.

En cualquier caso, esta vez lo que Telecinco vende es una buena película, excelentemente rodada e interpretada, así que todo este tsunami promocional bien merece la pena si consigue que este fin de semana cientos de miles de espectadores acudan a las salas. La maltrecha cuota de mercado del cine español lo agradecerá.

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