OPINION

¿Cómo es posible que Carolina Ferre no tenga programa propio?

CAROLINA-FERRE
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Ya no quedan muchas presentadoras de esas que transmiten frescura, que se ríen de sí mismas y, sobre todo, que se dejan llevar por su natural espontaneidad. Y eso que la ‘espontaneidad’ es una de las características claves para construir un programa de éxito. O eso dicen los sabios de la tele. No están equivocados. Los grandes formatos que se han quedado marcados en nuestra memoria siempre han tenido toneladas de esa palabra mágica, la espontaneidad.

Ayer regresó a la televisión nacional una de las comunicadoras que han demostrado ser el ejemplo perfecto del desparpajo espontáneo. Ayer regresó al ruedo Carolina Ferre. Pero no lo hizo para quedarse: sólo sustituye a otra Carolina, Cerezuela, que ha cogido la baja de maternidad como jurado del show de más éxito de Antena 3.

Tu cara me suena nos ha recuperado a Ferre, programa en el que fue concursante revelación de la temporada pasada (a pesar de quedar segunda por la cola). Y, una vez más, nos hemos preguntado cómo es posible que una presentadora de estas características no tenga programa propio.

Algunos echarán la culpa al ’gafe’, superstición que se le atribuyó por algún que otro traspiés en la parrilla (La cocina del infierno, Tres en raya, Yo estuve allí… ejem), aunque la realidad mayoritaria es bastante diferente, pues Carolina Ferre logró más glorias que fiascos en su carrera e, incluso, llegó a derrotar a la invencible María Teresa Campos cuando la hasta entonces reina de las mañanas fue fichada por Antena 3.

Porque hubo una época en la que Telecinco utilizaba a Ferre como presentadora comodín para sustituciones de emergencia. De esta forma, fue ella la elegida para cubrir el hueco que dejaba la Campos. Eso sí, sólo un ratito, mientras aterrizaba Ana Rosa Quintana en la Estudios de Mediaset. Contra pronóstico, el programa de Carolina alcanzó un gran éxito. El secreto: enganchaba ver la cercanía con la que Carolina Ferre trataba temas que no siempre eran para tomárselos demasiado en serio.

Y es que ‘la Ferre’ fue la única presentadora que se podía atrever a soltar, en directo y en su propio magazine, la transparente reflexión de que “el programa a veces se hace larrrgo, ¿no?”. Así lo hizo en A tu lado. Así está registrado. En ese momento, ella no fue muy consciente de que estaba criticando una debilidad de su programa, pero sus colaboradores sí notaron el improperio.

Este comentario ingenuo daba en la diana: la gente conectaba con Carolina, a la audiencia le apetecía sintonizar para ver por dónde salía esta alicantina que controlaba con oficio el plató de televisión y, además, contaba con ese valor añadido de la naturalidad de los grandes presentadores, aquellos que huyen de artificios y poses. Sin miedo al qué dirán, sin miedo a mojarse, sin miedo a la ironía, sin miedo al humor, sin miedo a lo imprevisible. Aunque, claro, quizá algunos mandamases catódicos sí tenían miedo a lo imprevisible.

@borjateran

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