OPINION

El sueño americano de Oprah

CANAL DE OPRAH
CANAL DE OPRAH

Oprah Winfrey ha vuelto a la palestra de la repercusión internacional gracias a su entrevista a Lance Armastrong. Una exclusiva que, en realidad, es un salvavidas para relanzar su cadena ego-temática: OWN (Oprah Winfrey Network), que se estrenó hace dos años y que no ha alcanzado los datos de audiencia esperados.

Tras casi tres décadas de reinado televisivo, Oprah cerró su mítico talk show para fundar The Oprah Winfrey Network. Nacido en enero de 2011, este canal se ha convertido en el primer traspiés profesional de un currículum que parece escrito por un guionista de Hollywood.

Oprah Winfrey sufrió una infancia dura y traumática, pero heredó el superpoder para la comunicación que tenía su abuela. Con sólo 19 años ya comenzó a destacar en una humilde emisora de radio de Nashville y, posteriormente, en los micrófonos de la Universidad de Tenesse, donde, por cierto, ganó diversos concursos de belleza.

Los cazatalentos de la época vieron claro su talento. La cadena de televisión de Baltimore fichó a Oprah para conducir People are talking. Tenía 22 años. Su habilidad ante la cámara era infalible. El programa aguantó 8 temporadas en parrilla. Había nacido la estrella perfecta para la televisión norteamericana: una mujer humilde y carismática con la que una gran parte de la población se identificaba sin complejos. Su magnetismo populista no tenía precedentes.

La televisión no tardó en transformar a Oprah en un producto, perfecto y muy rentable. La presentadora se creyó su personaje e invirtió en alimentar su personaje. Revista propia  O, The Oprah Magazine, productora propia HARPO (su nombre al revés), plató de televisión propio en Chicago, canal propio... Sus negocios facturan 165 millones de dólares al año, según Forbes.

Unos ingresos anuales que transformaron a Oprah en una de las mujeres más ricas del mundo. La historia perfecta del sueño americano, de una familia muy humilde a poseer la mayor mansión de Montecito, California.

Para algunos esta residencia es equiparable al Castillo del magnate de la prensa William Hearst, que reflejó el filme Ciudadano Kane y que es una colección de barrocos lujos de un excéntrico millonario (tenía hasta un zoo privado). De hecho, ambos domicilios, el Castillo Hearst y la Mansión Winfrey, cuentan con un curioso detalle en común: son fáciles de divisar a través de los satélites de GoogleMaps.

El palacete de Oprah, de estilo colonial en versión rococó, está valorado en 85 millones de dólares, cuenta con seis habitaciones, 14 baños, 10 chimeneas, una sala de cine, una cocina de comida gourmet, otro chalet para invitados, piscinas exteriores e interiores, un colosal parque forestal y un gran lago con peces exóticos que bucean alrededor de un chorro infinito. Es el triunfo del sueño americano.

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