OPINION

El caos de la TDT: habrá que resintonizar y se cerrarán canales

TDT SORAYA
TDT SORAYA

¿Por qué en complicados tiempos de crisis el gobierno acata una medida que puede asfixiar aún más al sector audiovisual?

Cuando el espectador empezaba a tener ordenados los canales en el mando a distancia y las cadenas habían encontrado unos contenidos tematizados que comenzaban a cuajar ante un público fiel, un nuevo giro de guion ha sorprendido a la audiencia y a las propias televisiones: el gobierno ha ejecutado ahora la sentencia del Tribunal Supremo que declara inválida la concesión del reparto de licencias de canales de TDT de la etapa de Zapatero.

¿En qué se traducen estos cambios?

De nuevo, a resintonizar. Pero esta vez habrá menos canales. Y es que esta medida se traducirá en el cierre de nueve cadenas. Mediaset (Telecinco y Cuatro) perderán dos (posiblemente la 7 y la recién nacida Nueve), Vocento y Unidad Editorial también perderán otras dos cada una (frecuencias que tienen alquiladas a canales como MTV, Paramount,  Disney Channel, Discovery Max, Intereconomía o 13TV) y el grupo ATRESMEDIA (Antena 3 y La Sexta)  perderá tres canales. Casualmente, este último grupo televisivo es el más crítico con el gobierno a través de la línea ideológica de La Sexta.

¿Por qué este nuevo rumbo de la TDT?

El Tribunal Supremo sentenció que el reparto de canales de 2010 no se consumó como establecía la Ley General de Comunicación Audiovisual, que obliga a otorgar las licencias a través de un concurso público. Y es que, para agilizar y facilitar el ansiado salto a la TDT, el gobierno de Zapatero planteó un reparto de frecuencias libres entre los operadores que ya tenían licencia de emisión.

El último Consejo de Ministros ha acelerado ahora la ejecución de esta sentencia del Tribunal Supremo, aprovechando que los próximos meses hay que liberar frecuencias para ceder espacio radioeléctrico a las compañías de telefonía móvil, lo que se denomina el Dividendo Digital que abrirá las puestas a la tecnología 4G. Una vez más, por tanto, será necesario resintonizar las televisiones por la reordenación de frecuencias en la TDT.

¿Qué consecuencias tiene esta medida?

En la terrible recesión económica que vivimos, el mal momento de inversión publicitaria y la peliaguda situación de nuestras televisiones, la supresión de nueve canales sirve para potenciar la caída al precipicio de un sector que ha invertido en el lanzamiento de cadenas que ahora pueden cerrar por esta decisión. ¿Por qué el gobierno promueve una medida que se prevé nefasta para un sector económico en esta época de crisis? ¿No debería apoyar a los grupos que han arriesgado en una inversión de estas características? ¿Habrá un concurso de nuevas licencias o sólo se liberalizará espacio radioeléctrico para el Dividendo Digital? En el caso de abrir un concurso, 13TV o Intereconomía, que en la actualidad alquilan sus canales a operadores perjudicados por esta medida (Vocento y Unidad Editorial), tendrían todas las papeletas para ganar su concesión propia.

Pero lo que parece claro es que con la disminución de frecuencias, las televisiones se pueden quedar sin cadenas que han realizado una importante inversión y, como consecuencia,  más trabajadores podrían perder su puesto de trabajo. Por ejemplo, el grupo resultado de la fusión entre Antena 3 y La Sexta, ATRESMEDIA, tendrá que enterrar tres de los siguientes canales: Neox, Nitro, Xplora, Nova o La Sexta 3 Todo Cine. ¿Cuáles caerán? También podrían desaparecer MTV o Paramount Channel.

¿Quiénes son los mayores perjudicados?

Las teles privadas, a través de su asociación Uteca,  han anunciado que "emprenderán acciones legales para impugnar" esta sentencia, ya que este acuerdo propiciará "indeseables consecuencias" en el sector que ve como se puede esfumar el esfuerzo económico de los últimos años. Para Uteca, la decisión del Consejo de Ministros "sitúa a los operadores de televisión y por extensión a todo el sector audiovisual" en una situación de "inseguridad jurídica sin precedentes, afectando con ello a nuestra credibilidad como país". Más aún, porque las cadenas esperaban que el problema se solucionara a través de "la sencillez de las distintas soluciones" que ofrece el ordenamiento jurídico español para enmendar los errores señalados por el Tribunal Supremo.

No obstante, de nuevo, los otros grandes damnificados  de la caótica (e interminable) implantación de la TDT en España serán los propios espectadores. Además de perder acceso a contenidos gratuitos con el cierre de canales,  tendrán que 'antenizarse' una vez más. Sólo tres años después del apagón analógico, habrá que reajustar las televisiones y adaptar las antenas. Lo que supondrá un coste medio de entre 300 y 2000 euros, según las características de cada comunidad de vecinos.

Los parches, los intereses políticos y las decisiones sin miras reales de futuro sostenible de la manoseada TDT hacen complicado lo que podría ser más fácil. Al final, pierden las cadenas y los propios espectadores que ven como se merma la diversidad de contenidos, se disminuye el riesgo emprendedor de los canales ante la inestabilidad de su incierto porvenir y, probablemente, también se mengua la pluralidad, pues la ejecución de esta medida debilita la libertad de unas cadenas de televisión que quedan en una posición más vulnerable frente al poder.

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