OPINION

'Gran Hotel', examinado por cuatro seguidores de series

GRAN HOTEL FINAL
GRAN HOTEL FINAL

Gran Hotel cerró anoche sus puertas cosechando un 14.9 por ciento de share y 2.625.000 espectadores (segunda opción, tras MasterChef).  La serie concluyó un ciclo ante la próxima llegada de otra ficción de similares características, Galerías Velvet. Pero antes de que el prime time de Antena 3 cambie un elegante hotel por un fino centro comercial de época, cuatro expertos seguidores de series nos dan su visión sobre esta producción española que ha sido exportada a países como Italia, Reino Unido, Alemania, Rusia, Ucrania, Turquía o Irán. Un día después de su chimpún final... Gran Hotel, a examen: 

Rubén Pérez Pacheco | @RPPMadrid

Gran Hotel se ha convertido por motivos propios en una de las mejores series que se han producido en la historia de la televisión de este país. Pocas veces se han reunido en una misma producción no sólo unos actores casi insuperables (Concha Velasco, Adriana Ozores, Fele Martínez), sino que el equipo técnico (dirección, fotografía, sonido) como creativo (guión, vestuario, maquillaje) han estado a la altura de una ficción que además de entretener impresiona a los espectadores.

El final ha estado a la altura del cierre de una serie de tres temporadas pero muy intensa en proporción, gracias a sus capítulos de 70-80 minutos. Varios clímax, distintas muertes, cierre de tramas (grande, Concha Velasco) y una sensación agridulce de despedida.

Antena 3 se arriesgó demasiado en enfrentar Gran Hotel durante toda la primera temporada de La Voz. Por el camino perdió a cerca de un millón de espectadores que pasaron a formar parte de las filas del reality de Telecinco, pero el buen hacer de Antena 3 y el respeto a los fans del hotel de Cantaloa mantuvieron a buena parte de la audiencia, que despide la serie con la sensación de haber sido muy bien tratada por la cadena.

Gran Hotel podría poner las bases de hacer series, no sólo de época, de una manera en la que se conjugue entretenimiento y calidad, haciendo olvidar el regusto casposo de producciones costumbristas basadas en familias desestructuradas y clichés patrios.

Odi O'Malley | @odiomalley

Anoche dijmos adiós a Gran Hotel de una manera que casi ha resultado urgente. 3 temporadas que prácticamente han sabido a 5, encadenadas de tal manera que Antena3 prácticmamente ha puesto a prueba la capacidad de seguimiento de la serie los últimos meses por parte del público. Gracias a Dios, seguidores de Gran Hotel como yo, hemos aguantado esta última larga tanda de episodios porque el viaje ha valido mucho la pena: en un país ahogado habitualmente por la comedia facilona en televisión, la serie ha sido un soplo de aire fresco, con las intrigas mejor mantenidas, me atrevería a decir, desde que se emitiera Motivos Personales en 2004.

Precisamente, por cierto, Lydia Bosch, que también fuera protagonista de aquella otra serie, ha sido uno de los grandes misterios de Gran Hotel: ¿qué fue de su personaje y porque no continuaron con su, erm, interesantísima trama? Cameos innecesarios aparte, el elenco protagonista de la ficción merece un fuerte aplauso: desde la pasional interpretación de Adriana Ozores, hasta la de Amaia Salamanca, posiblemente la más floja aunque suficientemente eficaz, pasando, por supuesto, por la maestría de la de Concha Velasco en uno de sus mejores papeles televisivos.

Gran Hotel cierra sus puertas habiendo desviado mucho su argumento desde los inicios hasta el final, pero no les faltaba razón cuando decían que el último capítulo se había hecho con mimo: puede que la trama del cólera llegara muy de sopetón, pero por lo demás, no podemos quejarnos demasiado de sucesos que hayan quedado pendientes de explicación, ni de vueltas de tuerca demasiado complejas metidas con calzador.

Así que anoche dijimos adiós a la serie, pero lo hicimos en un momento adecuado: cuando el mayor reproche que se le podía hacer a su dedicado y cuidadoso equipo era posiblemente el de que siempre dieran el papel de malo al metre, y tanto cocinillas con malicia empezaba a oler.

Héctor Alabadí | @H_Alabadi

Gran Hotel ha conseguido convertirse en una de las pocas ficciones españolas donde la calidad y su obsesión por cuidar los pequeños detalles ha sido su seña de identidad.

Aunque siempre es difícil despedir una de mis series favoritas, creo que era el momento. Tras una segunda temporada completamente sublime, donde conocimos la verdadera historia de Don Carlos Alarcón, los últimos capítulos comenzaban a tener síntomas de desgaste.

El final podría haber sido más emocionante y menos previsible. Pero lamentablemente ya conocíamos todo lo que ocurriría. La trama de misterio era menos potente que en la anterior temporada y ya estaba prácticamente resuelta. Además era evidente (y necesario) que tendríamos un final feliz para Julio y Alicia.

De todos modos, Gran Hotel ha dejado el listón muy alto con un final muy digno, muy por encima de los finales de las series españolas, que suelen sufrir agonía postestiramiento. Gran Hotel forma parte ya de la historia de la ficción española y será difícil superarla.

Marina Alonso | @Nukii9

Bambú Producciones ha logrado realizar una serie en España que no parezca hecha en España. Y esto es un gran piropo. Aunque también se puede convertir en un problema a largo plazo. La ficción de Antena 3 ha muerto en el momento exacto, antes de que continuará bajando la audiencia hasta el suicidio. Decisión inteligente, pues. No obstante, la producción ha sabido mantener un público fiel intacto y nos ha descubierto una nueva generación de actores con un talento brutal. Amaia Salamanca, Marta Hazas o, muy especialmente, Yon González han estado magistrales en el Gran Hotel. La profesionalidad que han demostrado al frente de esta serie les descubre ante un porvenir de largo recorrido tanto en televisión como en cine. Si en España se sigue haciendo cine, claro, que como están las cosas... Bromas aparte,  lo que está claro es que en el talento de Yon González no existe crisis, ni nada que se le parezca. Todo lo contrario.

El otro fuerte de Gran Hotel ha sido la cuidada fotografía y puesta en escena. Por cierto, un acierto que Antena 3 programara un especial posterior al final feliz, donde se desvelaron entrañas de la producción. Fue un broche de oro emocionante, como también lo fueron los últimos planos de la serie donde, una vez más, quedó de manifiesto que los paisajes de Gran Hotel han sido el embalaje perfecto para las tramas. El Palacio de la Magdalena, el Faro de Mouro o el rabioso mar cantábrico han sido los otros actores protagonistas de Gran Hotel. Una serie que ha cambiado un poco la historia de nuestra televisión y que ha sido todo un homenaje a la belleza de una ciudad que siempre será de época, Santander.

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El adiós de 'Gran Hotel'

Las entrañas de ‘Gran Hotel’. Nos colamos en el plató. 

Así es el Palacio de la Magdalena, donde se rodaron los exteriores de ‘Gran Hotel’

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