'El programa de Ana Rosa', la actualidad hecha reality

Paolo Vasile, Consejero Delegado de Mediaset España, lo tiene claro: “los magazines los hace la gente”. Según el responsable de Telecinco, la audiencia es la que va definiendo los contenidos de estos espacios según sus gustos.

Su magazine estrella, El programa de Ana Rosa se fue el viernes de vacaciones con un formato que ha variado mucho desde que arrancó hace nueve temporadas. Ahora la política y los sucesos tienen más peso que el corazón o los realities de la cadena. Además, la emisión empieza más temprano: a las 9, en vez de a las 11 como antaño.

¿Son realmente los espectadores los que definen los contenidos de un magazine? Los consumos de la audiencia son claves a la hora de generar los contenidos que más interesan, pero no solamente el público define los programas. También, como es obvio, los intereses publicitarios y estratégicos de los grupos mediáticos son fundamentales. De hecho, el crecimiento y consolidación de Espejo público en Antena 3 llevó a Ana Rosa a madrugar más.

Y el madrugón sentó bien a la presentadora. Aunque el espacio de Susanna Griso ha vivido una de sus mejores etapas de espectadores, El programa de Ana Rosa ha vuelto a ganar la temporada con una competitiva audiencia media del 18 por ciento de share y 531.000 fieles. Es su mejor dato en cuota de pantalla desde el curso 2009-2010 y la audiencia más alta desde la temporada 2008-2009.

Esta lucha encarnizada matinal nos ha demostrado que los magazines ya no sólo comentan realities estilo Gran hermano. Tampoco funciona como antes la crónica rosa e, incluso. la mesa de debate parece ya saber a poco. Ahora estos programas han convertido los sucesos en sus realities más rentables. El Caso Bretón ha llenado horas de la televisión matinal. Espejo público y Ana Rosa han luchado sin piedad por las exclusivas. Y, en exclusivas, Ana Rosa Quintana ha ganado. Se las ha llevado todas. Dice que jamás pagan a los entrevistados, pero lo que está claro es que la audiencia sí se multiplica con estas codiciadas primicias, como es lógico. Es el espectáculo de las mañanas televisivas en España, donde, en ocasiones, es difícil diferenciar morbo de información.

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