OPINION

'MasterChef' ha resucitado 'Esta cocina es un infierno', el reality culinario que fracasó en Telecinco

leticia sabater esta cocina es un infierno
leticia sabater esta cocina es un infierno

La Nueve repite el reality que presentó Carolina Ferre en 2006. Con esta decisión, ¿nace una nueva estrategia de programación?

La Nueve se ha convertido en una especie de canal Nostalgia de Telecinco. Y es que la parrilla de esta joven cadena está plagada de viejos programas rescatados del archivo de Mediaset.

Yo soy Bea, Sin tetas no hay paraíso, El Comisario... son algunas de las ficciones que se pueden volver a ver en La Nueve. Pero, desde anoche, el canal más nuevo de Mediaset ha dado un paso más allá en nuestro recuerdo catódico y ha rescatado uno de los primeros realities que tropezó en Telecinco. Se trata de Esta cocina es un infierno.

Producido por Zeppelin (Gran Hermano) y presentado por Carolina Ferre, este formato fue estrenado en febrero de 2006. Aunque, lejos de alargarse en el tiempo, su final se aceleró: ya que sólo logró un 18 por ciento de share en un tiempo en el que, para mantenerse en prime time, había que superar la barrera del veinte por ciento de cuota. Era otra época: sólo había tres canales en competencia directa.

Probablemente, Esta cocina es un infierno llegó demasiado pronto a nuestra televisión. Aún no era el momento para un formato de estas características que mezclaba fogones y reality. Aún no habían allanado el camino ni las broncas de Alberto Chicote, ni los cientos de testados programas culinarios que importamos de canales temáticos extranjeros.

Tampoco el cásting fue atinado, pues estaba formado por famosos que no sabían ni freír un huevo. Y en televisión mejor si la audiencia puede sorprenderse, identificarse y emocionarse con los talentos secretos de los personajes de la farándula.

Leticia Sabater (en la foto de arriba en plena faena), Ernesto Neyra, Bienvenida Pérez, Óscar Lozano o Bárbara Rey fueron algunos de los participantes reclutados en este show con una mecánica difusa y que, a los cinco minutos de arrancar, olvidó las recetas para centrarse en el conflicto más gritón.

No funcionó, aunque el programa si consiguió una factura visual bastante impecable. Y, al final, ganó Bárbara Rey. Se llevó 60.000 euros. Siete años después, los espectadores más adictos a la telerrealidad pueden revivir este espacio que ha resucitado para arañar algunas décimas de audiencia gracias a la resaca del éxito de MasterChef.

Estrenamos, por tanto, un nueva estrategia de programación: la redifusión de programas de televisión fracasados porque, quizá, se adelantaron a su tiempo.

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