OPINION

Susan Boyle, la revelación que sigue cantando en el karaoke

Susan Boyle
Susan Boyle

La primera revolución mundial de un talent show gracias a Youtube llegó de la mano de Susan Boyle. Su desconcertante aparición con final feliz en el concurso Britain's got talent traspasó fronteras a una velocidad de vértigo. Lo hizo hasta convertirse en un fenómeno global sin precedentes.

No era para menos, pues nadie imaginaba que aquella poco atractiva mujer rural escondía el portento de voz que derrochó con su interpretación de I dreamed a dream del musical Los Miserables.

Y los responsables del programa supieron construir el momento televisivo con un instinto del medio encomiable: primero nos mostraron el lado más freak de la protagonista. Después, nos enseñaron las risas escépticas del público y del mismísimo jurado al ver cómo aparecía sobre el escenario. La audiencia y los jueces prejuzgaron por las apariencias. Más aún, cuando perpetró su memorable movimiento de cadera ante el duro productor del formato, Simon Cowell.

Britain's got talent creó a la perfección el clímax para lanzarnos al abismo del giro de guion apoteósico. Sucedió cuando Susan comenzó a cantar, y cantaba como los ángeles. Sublime. Emocionante.

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La televisión supo cocinar al milímetro esta potente historia sobre la 'fea paleta' que alcanza el triunfo soñado, frente a un auditorio incrédulo que terminó avergonzándose de sus maliciosas carcajadas. Lo que los responsables del talent show quizá no imaginaron es que ese instante también iba a revolucionar la Red. Y a nivel mundial. La vida de Susan Boyle había cambiado para siempre. O quizá no tanto.

Boyle no ganó el concurso, el primer puesto hubiera sido demasiado obvio. Al final, quedó segunda. No obstante, Susan se transformó en una fábrica de ingresos para la industria discográfica. Sus álbumes suman más de 14 millones de copias vendidas. De hecho, I dreamed a dream superó a The Fame de la excéntrica Lady Gaga.

Susan es multimillonaria, sí. Aunque sólo ha cambiado su casa de siempre por un chalet más grande. Y nada más, la fama no ha variado sus quehaceres diarios. Incluso sigue escapándose a cantar en el karaoke de su pueblo, Blackburn. El dinero simplemente le ha dado un capricho: invertir cada semana en una pedicura de las caras, unos 80 euros. Es lo único que la fama global consiguió alterar en la existencia cotidiana de un personaje tan irrepetible como talentoso, Susan Boyle.

http://www.youtube.com/watch?v=A2XEmMg2HEc[embed]

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