OPINION

Cinco virtudes de Telecinco

SALVAME TELECINCO
SALVAME TELECINCO

Los contenidos de Telecinco son centro habitual de ataques y controversias. De hecho, este estío que termina, Campamento de Verano ha sido foco de críticas por sus delirios en directo. Y es que el canal comandado por Paolo Vasile lleva una década convertido en el contenedor perfecto de polémicas, corazoneo y tele-realidad.

Constantes corrientes de opinión consideran que Telecinco es sinónimo del manoseado término de 'telebasura'. Sin embargo, también, hay que reconocer que la cadena madre de Mediaset España puede presumir de virtudes empresariales que mantienen su audiencia con productos de menor coste. Eso sí, su cadena rival cada vez es más fuerte al invertir en una mayor variedad de producciones y géneros.

¿Hasta cuando se mantendrá este modelo de televisión? ¿Ha empezado a mostrar síntomas de debilidad esta cadena  al ver como Campamento de Verano ya no es tan infalible como otros realities? Este otoño, saldremos de dudas. La evolución de la nueva temporada, que arranca el próximo lunes, puede deparar sorpresas.

Pero, antes, recordamos cinco virtudes que convierten Telecinco en una cadena que no deja impasible a nadie.

UNO. FIDELIDAD

El público fiel de Telecinco es devoto del propio Telecinco. Son dos millones de personas que pasan todo el día frente al televisor sin tener la necesidad de cambiar del canal. Les gustan sus magazines, sus debates y sus realities, porque les entretienen, les hacen sentirse partícipes comentando chascarrillos desde casa y, sobre todo, les evaden sin otra pretensión. A la mayoría de estos televidentes, además, ni se les ocurre cuestionar estos contenidos ni sus posibles dimensiones morales. Y es que no suelen ni ser conscientes del debate que muchas veces surge en Internet o en plataformas de movilizaciones ciudadanas, como está sucediendo ahora con Hazte Oír.

DOS. PROXIMIDAD

La política de atar a los presentadores con contratos de larga duración que, durante años, predicó  Telecinco ha provocado que cuente con una reconocible (y amplia) plantilla de populares comunicadores que siempre se identifican con la cadena. Jesús Vázquez, Mercedes Milá, María Teresa Campos, Jorge Javier Vázquez, Emma García, Jordi González... ya son nombres intrínsecos a la parrilla de Telecinco. Pueden caernos mejor o peor, pero desprenden una cercanía que el público siente desde casa. Son próximos. Son casi como de la familia.

TRES.  TARGET DEFINIDO

Telecinco no ha tenido miedo a la hora de centralizar sus esfuerzos para dirigirse a un público específico que se deleita con sus contenidos. Sigue siendo una cadena generalista, pero ha sabido construir una personalidad propia sin competencia, adjudicándose casi en exclusiva el corazón y los realities. En estos terrenos no tiene contrincante. Y sus directivos no pierden el tiempo en experimentos ni en intentar captar a esos que siempre dicen que ven los documentales de La 2. Así, minimizan gastos y consiguen que sus programas sean baratos gracias a que se retroalimentan entre sí a fuerza de explotar las mismas tramas y colaboradores: durante horas.

CUATRO. PARRILLA ORDENADA

En 1997, tras la entrada del grupo Vocento en el accionariado de Telecinco, se realizó una magistral reforma para borrar la aureola caótica de la vieja “cadena amiga”. Desde entonces, Telecinco ha logrado hacerse con pilares sólidos en la programación a través de un gran magacín de mañana y otro de tarde que sirven de columna vertebral, junto con los informativos, para estructurar y organizar los demás programas. Sólo desapareció el formato de late night, pues con la crisis publicitaria es más complicado rentabilizar esta franja a través de los (pocos) anuncios. No obstante, se mantiene un esqueleto de formatos que clarifica la programación gracias a los grandes espacios diarios y en directo. Y es que en Telecinco siempre es fácil saber qué están emitiendo en cada momento, el espectador no se pierde y recuerda fácilmente la programación.

CINCO. EL MAGNETISMO DE LA POLÉMICA

Telecinco es constante centro de polémicas, demandas... Y vosotros diréis que no hay virtud alguna en estos hechos, pero lo cierto es que Telecinco está siempre en boca de todos, con una relevancia en medios y redes sociales que ya querrían otros canales. Para bien o para mal, nunca pasa inadvertida y, por un asunto u otro, es noticia cada día. Tiene enormes cantidades de detractores, pero hasta estos detractores gastan mucho tiempo y energía en opinar sobre el canal de Mediaset, cuando sería más efectivo hacerle el vacío o simplemente cambiar de cadena cuando algo no te gusta. Será que Telecinco tiene un magnetismo innegable, capaz de generar amores y odios con la misma intensidad. Lo saben. Lo exprimen. Y es que ya lo dijo Oscar Wilde: "Que hablen mal de uno es espantoso, pero hay algo peor: que no hablen".

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