OPINION

'TopChef' pierde audiencia, ¿se está 'quemando' Alberto Chicote?

Alberto-Chicote-TOPCHEF
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El nuevo programa del cocinero anota otro mínimo con 2.343.000 fieles y 13,7% de share. 'Niños Robados' de Telecinco lidera la noche con 4.079.000 seguidores y un 22,3% de cuota.

El 25 de octubre se cumple un año del estreno de Pesadilla en la Cocina. Doce meses que han sido imparables para Alberto Chicote, su carácter ante la cámara le convirtieron en el cocinero ideal para un programa que pretende la salvación de caóticos (y en ocasiones mugrientos) restaurantes.

Pero, mientras vuelve Pesadilla, Chicote ha arrancado el curso con un nuevo formato, donde no hay que dar lecciones de limpieza. Se trata de Topchef, el gastroshow de cocineros profesionales, que emitió anoche su tercera edición.

¿Por qué está perdiendo audiencia este programa en solo tres semanas? El interés por el formato decae. No lo tuvo fácil anoche, con el triunfal estreno de la emocionante tvmovie de Telecinco sobre Niños Robados. No obstante, esta competición culinaria tiene otras debilidades y quizá ha caído en el error de abusar de Alberto Chicote como protagonista omnipresente del concurso.

Esta decisión, de dar tanta importancia a Chicote, habrá sido tomada seguramente pensando en que su carisma sería un valor seguro para marcar la diferencia de este formato que llegaba con el problema de su gran parecido con el exitoso Master Chef, espacio de TVE que la audiencia española conoció antes.

Aunque, por momentos, Chicote parece que sigue supervisando desastrosos restaurantes en vez de ser jurado de altura en Antena 3. Incluso hay planos en los que se dirige al espectador, mirando a un redactor que no sale en imagen, que son clavados a las presentaciones de Pesadilla en la Cocina de La Sexta. Sin embargo, este programa se llama TopChef y en su versión original la audiencia empatiza más con los jueces y los concursantes porque no sólo hay tensión, también hay grandes dosis de comedia, piques sanos y mucha evolución de los participantes.

TopChef también habría sido una interesante oportunidad para ver un evolución de Chicote ante la cámara: más emotivo, más divertido, menos serio. Todavía no ha llegado ese punto de cocción del personaje televisivo revelación del año que, de seguir así, corre el peligro de quemarse por una sobreexplotación digna de la comida rápida.

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