OPINION

¿Son reales los casos del programa 'Hermano Mayor'?

PEDRO-GARCIA-AGUADO
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Pedro García Aguado vuelve al frente del coach de Cuatro.

Sin miedo al cacareado regreso de Belén Esteban a Sálvame Deluxe, Cuatro recupera esta noche, a las 21.30h, Hermano Mayor. La experiencia de Pedro García Aguado, ayudado por la psicóloga Sonia Cervantes, pretende resolver nuevos casos que suelen sorprenden por su dureza. De hecho, a veces, incluso parece mentira que los participantes en el espacio puedan actuar con tanta violencia verbal o física frente a las cámaras.

¿No serán actores contratados para el programa?, se preguntan algunos espectadores. Pero no: lo que sucede en Hermano Mayor no está interpretado por actores. Es más, en muchas ocasiones, hasta los propios jóvenes protagonistas son los que piden colaboración al formato de Cuatro para lograr superar sus problemas. Se prestan porque, además, suelen sentir un cierto magnetismo por la pequeña pantalla.

La terapia que coordina García Aguado conlleva un proceso, que nunca dura menos de 15 días, en donde se genera un clima de confianza entre el equipo televisivo y los miembros de la familia al pasar tantas horas juntos. En este tiempo, el conflicto sale a flote y las cámaras pasan a un segundo plano. Según Pedro García Aguado, “la forma de hablar de los chavales varía más bien poco, se olvidan de la grabación”.

Al final, son víctimas que se convierten en verdugos de su entorno y de sí mismos. Aunque verdugos que intentan superar sus trastornos de conducta. En esta temporada, asimismo, el formato intenta crecer abordando los problemas desde una perspectiva global, ya que, en algunos casos, las equivocadas actitudes de algún miembro de la familia actúan como epicentro del conflicto, fomentando sentimientos que desembocan en situaciones de agresividad y violencia.

No obstante, Hermano Mayor es un programa de televisión: muestra conflicto, genera tensión y busca audiencia mostrando historias de superación. "La terapia conmigo es muy dura", sentencia García Aguado que es consciente de que, cuando se apagan los focos, su trabajo tiene valor social, así que guarda comunicación con cada 'paciente' después del programa. "Les damos una hoja de ruta o les dejamos en manos de especialistas. De los setenta casos que llevamos, seguimos en contacto con más de cincuenta. Y algunos de ellos vienen a ayudar o colaborar".

También, en esta etapa, intentarán aportar su experiencia personajes populares como Jesús Vázquez, el futbolista David Albelda, los cantantes Andy y Lucas o el piloto de motocross Dani Torres, que ayudarán a reconducir distintos conflictos de Hermano Mayor, un programa que pone en la palestra una realidad social minoritaria, pero real.

Algunos casos de esta temporada, facilitados por Cuatro:

Alfonso (22 años), a punto de someterse una operación a vida o muerte, vive obsesionado con el dinero y con el tuning. Su familia le ha dado la espalda por robar a su abuela, aunque eso a él no le importe. Aquejado de una grave enfermedad y a la espera de una operación a vida o muerte, Alfonso juega con el dolor de sus padres chantajeando con no tomarse la medicación si no ceden a sus deseos.

Javier (20 años) ejerce un fuerte comportamiento machista sobre su madre y su hermana. En casa impone su ley porque “él es el hombre”. Javier está convencido de que su madre y su hermana están a su servicio y hace gala de ello. Incapaz de controlar su ira, se pone agresivo y violento si algo no está a su gusto.

Kevin (19 años), perteneciente a la tribu Emo, está obsesionado con la comida, el móvil y la tablet. Su madre vive en medio de un conflicto familiar protagonizado por el propio Kevin, agresivo y vago, y su padrastro, un hombre estricto que no comprende la forma de vida del joven. Los tres tendrán que involucrarse en dinámicas que sirvan para solucionar los reproches que se cruzan en todas las direcciones.

Santi (22 años), celosa y controladora de su madre, ejemplifica el rol dominante en una familia en la que los papeles están cambiados: la hija se ha convertido en la “madre” de su progenitora, controlándola al punto de que no le deja hacer nada sin su aprobación. A la joven, que mantiene una relación con un hombre casado, le gusta obtener dinero fácil para pagarse sus caprichos.

Soraya (18 años) no quiere aceptar las normas de la familia y responde con agresiones e insultos hacia su madre, a la que reclama atención constante. Además, desde la separación de sus padres, Soraya se ampara en este conflicto para conseguir lo que desea.

Germán (22 años) manipula la realidad. Sólo piensa en si mismo y no confía ni respeta lo más mínimo a sus padres, a los que intimida con su actitud. El ambiente familiar no existe, se tratan como verdaderos desconocidos. El joven siempre consigue convertirse en víctima de la situación, aunque su estrategia no siempre acaba bien. En la actualidad está cumpliendo trabajos sociales por el robo que cometió en una casa.

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