Jordi Évole: "Cada vez vale menos la pena quedarse callado"

Pocos se imaginaban que el bromista Follonero de Buenafuente, se iba a terminar transformando en uno de los periodistas más prestigiosos de nuestro país. Así ha sido, Jordi Évole ha revolucionado el prime time dominical de La Sexta con un formato, Salvados, que recupera la esencia del periodismo a través de los trucos (y trampas) de la tele-realidad documental.

Un éxito en audiencias, pero también en reconocimientos: fuera y dentro de nuestras fronteras. De hecho, esta semana Évole ha recibido su segundo Ondas por rescatar del olvido el accidente del metro de Valencia.

Al recoger el famoso caballo alado, no sólo dio las gracias: además dejó clara su forma de sentir y entender el periodismo. Es más, dejó caer que La Sexta y Atresmedia reciben los lunes, después de la emisión, "llamadas" y "a pesar de los pesares" siguen aguantando Salvados en la programación.

"Yo creo que en esta profesión (el periodismo) cada vez vale menos la pena quedarse callado, porque aunque te quedes callado cuando llega la época de vacas flacas te pegan la patada en el culo, como ha pasado recientemente con los compañeros de Canal 9, por cierto, Canal 9, esa televisión que por culpa del poder político se ha convertido en una caricatura grotesca de lo que es una televisión pública, dijo Jordi Évole a los asistentes de la gala celebrada en el Liceo.

Demasiados mensajes. Pero una misma idea: la importancia del periodismo comprometido con su sociedad. Y, esta noche, regresa Salvados. Será el primer programa tras el segundo Ondas. Una edición en la que Évole, que sigue manteniendo mucha personalidad de su personaje de Follonero, viajará a Francia para entrevistar a Hervé Falciani, el empleado de banca que se convirtió en una de las personas más buscadas del mundo.

El motivo: Falciani sacó del banco HSBC la mayor lista de titulares de cuentas en Suiza de la historia. Ahora vive en la clandestinidad en Paris con un gran sistema de seguridad a su alrededor. ¿Es un ladrón o un héroe? El negocio del blanqueo de dinero llega a Salvados. Y es que, paradójicamente, en este programa se salvan pocos.

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