OPINION

¿Por qué ya no hay programas infantiles los sábados?

CAJON-DESASTRE-MIRIAM-DIAZ-AROCA
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El Gran Circo de TVE, La Bola de Cristal, Cajón Desastre, Club Disney, No te lo pierdas, El Conciertazo... Durante décadas, los sábados era un día especial en la televisión: era la jornada en la que se programaban los mejores espacios de producción propia para los más pequeños de la casa. Una ventana donde los niños se veían reflejados gracias a unos formatos que pretendían impulsar su creatividad y curiosidad por un mundo que empezaban a descubrir.

Sin embargo, los programas infantiles con los que varias generaciones crecimos ya son cosa del pasado. Hoy los niños tienen mucha serie en canales temáticos non-stop, pero apenas hay rastro del espíritu de aquellos divertidos espacios de producción propia que suponían una traviesa factoría de ideas enriquecedoras para el espectador pequeño... y mayor.

TVE, como televisión pública, debería recuperar la labor que hizo durante años en este sentido. La cadena se ha acomodado en las series de animación extranjeras, como Bob Esponja o Dora La Exploradora. Estas series triunfan, pero no suplen el vacío de los programas infantiles.

Sólo sobreviven Los Lunnis. Eso sí, lo hacen en su mínima expresión: como elementos de continuidad de la programación de Clan. La tierra de Luna Lunera ya no es aquel programa de hace diez años.

También perdimos por el camino El Club del Pizzacato, el último show infantil de Televisión Española, heredero de El Conciertazo del gran Fernando Argenta, que mostraba una visión cercana, divulgativa y entretenida sobre la música clásica y diferentes artes escénicas. Desapareció de la parrilla, por la puerta de atrás.

Sin embargo, en Inglaterra el caso es diferente, pues la BBC, en su sólido modelo de televisión pública como motor social, sigue apostando por programas infantiles propios para la educación y divulgación. Este tipo de shows, como el mítico Blue Peter, son lo más visto y siguen produciéndose sin cesar. Los ingleses saben de la importancia de este género infantil como servicio público que siembra para el futuro.

En cambio, nuestra pequeña pantalla está huérfana de programas infantiles. La función de la televisión pública ha descuidado este formato en tiempo de recortes, como un reflejo más del camino hacia donde se va socialmente. Y es que los grandes espacios para niños no eran sólo un mero entretenimiento... eran un ilusionante trampolín hacia un país más inquieto, más comprometido y más imaginativo, un país mejor.

Y ADEMÁS…

‘Barrio Sésamo’, ‘Dabadabadá’, ‘El Kiosco’, ‘La bola de cristal’... los programas infantiles de los ochenta a análisis

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Foto cedida por Alejandro Macías, Carta de Ajuste.

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