OPINION

Lo mejor y lo peor del estreno de '¡Mira quién baila!' con Cantizano

jaime cantizano instagram
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El concurso de baile regresó a La 1 logrando un buen 15.3 por ciento de share y 2.941.000 espectadores. 

Analizamos los puntos fuertes y débiles del primer programa.

La fiebre por las pistas de baile regresó anoche a la televisión. Lo hizo de la mano del formato original, ¡Mira quién baila!. El programa mantuvo su eficaz estructura de siempre, a base de duelos de estilos de baile, e incorporó la música en directo real. Y es que en las otras ediciones había orquesta, pero tocaba en riguroso playback.

Aunque la principal novedad del espacio fue el maestro de ceremonias, Jaime Cantizano, que condujo el sarao pegado una pajarita gigante que le robaba protagonismo. También funcionó Norma Duval, que reapareció en la tele como juez y demostró que su instinto del espectáculo sigue intacto: está dispuesta a dejarse llevar con su pretendida franqueza de vedette.

Sin embargo, eso sí, al retorno de Mira quién baila le faltó más naturalidad, esa naturalidad que se gana con el rodaje de los días. Por suerte, Noemí Galera, otra de las aristas del jurado, derrochó bastante control del plató, espontaneidad ante la cámara y se mojó, conectando con la empatía del espectador al soltar reflexiones que la audiencia piensa desde casa. Incluso se atrevió a llamar 'seta' a Colate.

Fernando Arbizu, con su reinterpretación del baile del caballo, fue el merecido ganador de una gala con un elenco de concursantes famosos que no han conseguido destacar demasiado en su estreno. Tampoco las coreografías han ayudado mucho, pues parecían sacadas de la primera edición del concurso en 2005. Casi todo el rato, por cierto, consumadas en el mismo punto de la pista de baile. Muy diferente a lo que sucede en las versiones de Estados Unidos o Italia, donde se busca asombrar al público exprimiendo a tope toda la puesta en escena. Bueno, era el primer día.

Especial mención merece el inteligente aprovechamiento de las redes sociales (la foto de arriba es del Instagram del programa) y el rítmico arranque del show, con el plató en pie bailando el 'diridarará' de Whigfield. Muy 1995. Desde Cantizano hasta El Sevilla o Ángel Corella (que completan el jurado). Todos haciendo los pasitos de este indestructible hit. Un comienzo muy festivo, algo delirante, pero que logró transmitir esa esencia de ruidoso evento, un detalle que es crucial para contagiar a los espectadores el nervio de un programa en directo de prime time.

En definitiva, Mira quién baila ha regresado a La 1 con un envoltorio muy elegante, que pretende crecer hacia los nuevos lenguajes televisivos. Esto se ha notado en las canciones interpretadas, más actuales, y en la presencia constante de los concursantes en plató, para propiciar que la realización capte planos de reacción de los famosos cuando están actuando sus contrincantes.

Ahora toca apurar detalles lógicos del rodaje de cualquier talent: los participantes deberán soltarse más, quitarse sus corazas; la iluminación no deberá ser tan intensamente blanca (que anula las proyecciones del suelo) y, sobre todo, el espectáculo ganará adeptos si arriesga un poquito más en dificultad, humor y sorpresa. Tiempo al tiempo.

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