En la búsqueda por reflotar su personalidad, Cuatro apostó por Viajando con Chester: el sofá, tapizado para la ocasión, donde Risto Mejide conversa con personajes relevantes de nuestra sociedad. Ayer Iñaki Anasagasti y Loquillo se sentaron con el publicista en la cuarta edición del formato, que hizo mínimo de audiencia y se quedó en un 6.6 por ciento de share y 1.385.000 espectadores.
El interés por el espacio de Risto se diluye, principalmente por el encorsetado formato del programa (con una estructura muy estática) y la falta de expectación que generan algunos de ¡ los entrevistados . En su mayoría, llegan al programa contando lo mismo que ya han expresado en repetidas ocasiones en otros lugares. Incluso, Zapatero, el primer invitado, se sentó con Mejide tras un suculento tour de promoción de su libro.
Parece que el programa renovará, pues sigue siendo competitivo para la media de la cadena. Pero, no obstante, la próxima temporada se encontrará con un serio problema: la desconfianza de las personalidades a ser entrevistadas en el sofá chester.
Y no dudarán por la contundente personalidad de Risto. No, será el montaje de imágenes lo que más preocupará a los convidados. Porque el formato de La Fábrica de la Tele (Sálvame, Hormigas Blancas) no ha tenido ninguna piedad con la edición, que ha dejado, en muchas ocasiones, en evidencia a los propios protagonistas de las charlas. Los invitados desconocían que se estaban vendiendo a una corrosiva postproducción que no les dejaba derecho a réplica.
Y ADEMÁS…
¿Risto o Évole? Debilidades y fortalezas de ambos formatos
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios