OPINION

Tres exitosas series que hoy no veríamos en televisión

Ana y los 7
Ana y los 7

Casi diecinueve años han pasado ya desde aquel septiembre de 1995 en el que la irrupción de Médico de Familia en Telecinco revolucionaba para siempre el panorama de la ficción televisiva en España. Antes, Telecinco apenas había flirteado tímidamente con la ficción (Truhanes en 1993, Historias de la puta mili al año siguiente), pero fue Emilio Aragón, con la creación de su productora Globomedia, quien dio el pistoletazo de salida para la industrialización y externalización de las series en nuestro país.

Atrás quedaban las grandes producciones rodadas en cine que durante años nos había ofrecido TVE y se consolidaba un nuevo modelo basado en la grabación multicámara y presupuestos más ajustados. Y pronto Antena 3, que ya contaba con éxitos de ficción como Farmacia de Guardia, Los ladrones van a la oficina, Lleno, por favor, ¡Ay, señor, señor! o ¿Quién da la vez?, se subió también al carro de encargar sus series a productoras externas, ya fueran Globomedia o cualquiera de las muchas otras productoras que se crearon a partir de ese momento.

Fueron estos primeros años de la década de los noventa un perfecto campo de cultivo para la experimentación y para testar los gustos de un público que se diversificaba entre la televisión pública y las nuevas privadas, que ya tenía más poder en el mando a distancia. Pero el quebradero de cabeza para las televisiones es que esos gustos del público no han dejado de cambiar y evolucionar con el paso del tiempo. Y es que intentar reproducir éxitos pasados casi nunca es buena idea. Porque los éxitos también caducan... Más aún, cuando ahora también hemos asistido a otra revolución de las formas de rodar de la mano de Bambú Producciones: las nuevas tecnologías han permitido fusionar dinámicas más cinematográficas con los engranajes de la frenética factoría del rodaje televisivo.

Los tiempos cambian. Los espectadores, también. He aquí, como ejemplo, tres series que brillaron en su momento y que hoy, probablemente, no recibirían luz verde por parte de ninguna cadena.

-Taller mecánico.

Duró veinte capítulos en emisión en TVE, de septiembre de 1991 a marzo de 1992, con audiencias que sobrepasaban los cinco millones de espectadores, pero hoy es imposible ver un capítulo de Taller mecánico sin pensar que la serie en sí misma es una broma de mal gusto. Esta sitcom, ideada y protagonizada por Mariano Ozores, se centraba en las aventuras de una familia propietaria de un taller mecánico: el padre (Ozores), la madre (María Silva), la hija (¡Leticia Sabater!, nada sobreactuada, ejem), el hijo (Antonio Carrasco), el aprendiz (Juan Carlos Martín) y la criada (Florinda Chico). Entre sus tramas delirantes, destacó el capítulo cuarto, donde el conflicto venía dado cuando Ozores y su mujer descubrían que los padres del novio de su niña eran... negros. Muy tremendo todo.

http://www.youtube.com/watch?v=JYcPh-pZTHk[embed]

-La casa de los líos.

Machista y con un humor de lo más retrógrado incluso para el momento en que se emitió, esta producción con Arturo Fernández cosechó notables audiencias entre los años 1996 y 2000. Acompañando a Fernández en su eterna encarnación de vividor ligón rodeado de mujeres, estaban Lola Herrera y sus hijas (Miriam Díaz-Aroca, Emma Ozores, Natalia Menéndez), más la secretaria (Mabel Lozano) y la criada (sí, otra vez Florinda Chico). Vista hoy en día, ayudan las risas enlatadas para recordarnos que es una comedia y marcarnos los momentos en los que supuestamente hay que reírse. Alguna televisión local repite la produción, pues está de saldo.

http://www.youtube.com/watch?v=wqFgjMjDlA0[embed]

-Ana y los siete.

Algo así como una adaptación inconfesa de Sonrisas y lágrimas pero cambiando a la novicia por una stripper madura y con Ana Obregón de absoluta protagonista y creadora. Sorprendentemente, la serie arrasó desde su estreno en 2002, con shares que llegaron a rondar el 40% y que aguantaron el tipo frente a los vaivenes rocambolescos de su argumento (eran mucho más divertidas las parodias que Yolanda Ramos perpetraba en Homo Zapping, la verdad). Su despedida en mayo de 2005 fue vista por casi cinco millones de espectadores, aunque el final más interesante se produjo en la vida real, con el juicio entre Obregón y la productora Star Line por lo concerniente a cuatro capítulos extras en los que la historia seguía sin el personaje de la popular bióloga, a la que los guionistas mataban cruelmente en la luna de miel tras la feliz boda que habían visto los seguidores de la serie. Al final, la productora recibió una sentencia favorable para emitir estos cuatro capítulos, pero ya había pasado demasiado tiempo y TVE nunca los emitió, convirtiéndolos, así, casi en una leyenda urbana. El éxito de Ana y los siete permitió que Antena 3 diera carta blanca a Ana Obregón para crear una nueva serie en otoño de 2006. Esa serie fue la aún más demencial Ellas y el sexo débil, que tiene el dudoso honor de haber sido una de las apuestas más efímeras de la historia de nuestros prime times: duró tres capítulos y el tercero se fue con un paupérrimo 6% de share.

http://www.youtube.com/watch?v=RAA-nBeR_VE[embed]

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