OPINION

¿Cómo sería 'Médico de Familia' estrenada en 2014?

MEDICO DE FAMILIA
MEDICO DE FAMILIA

Hace unos meses, reflexionábamos sobre cómo sería Verano Azul si se hubiera rodado para emitirse en la televisión actual. Las diferencias abundaban, pero ¿sucedería lo mismo con un Médico de Familia ideado en este 2014?

Probablemente, no. Es más, la fórmula que introdujo en España este tipo de producción de Globomedia se mantiene vigente en el ADN de nuestras principales series actuales. Eso sí, de llegar a la televisión de hoy, quizá algún avispado directivo habría abogado por un Médico de Familia con ambientación de época, tan de moda en la última década. "Se puede enamorar más al público de la historia si desarrolla en el romanticismo de otros tiempos", habría asegurado el sabio catódico de turno. Así, el doctor Nacho Martín iría en cuádriga de casa en casa, que eso siempre viste mucho. Y el personaje de Lydia Bosch, en vez de locutora de la radio, sería bandolera. O dueña de una taberna, que es muy recurrente.

Pero lo más probable es que si Médico de familia se situara en nuestro presente, veríamos pocas variaciones con respecto al retrato de esa familia con madre ausente, la mesa de desayuno repleta de product placement y la tensión sexual no resuelta entre el doctor y la cuñada como eje central de las tramas: los infalibles ingredientes del éxito. Aunque, claro, ahora Chechu estaría enganchado al Whastapp y María sería una twitstar.

Médico de Familia revolucionó la forma de rodar series en nuestra pequeña pantalla. Se dio un salto a la industrialización del sector, incorporando los rodajes multicámara, y este éxito impulsó la imagen de Telecinco. La producción contaba con un sello inconfundible que, rápidamente, comenzó a distinguir a la productora Globomedia como creadora de historias que alcanzaban grandes audiencias que atraían a toda la familia, reflejando varios estratos sociales (de la clase media acomodada a la clase trabajadora) y distintos sectores de edad (los niños, los adolescentes, los abuelos...). De esta forma, se podía decir que cada espectador tenía semanalmente su trama dedicada.

Por suerte, los gustos del público han avanzado y madurado y hoy parece que ya ya no es tan importante construir una serie milimétricamente para llegar a todos los miembros de la casa con personajes identificables. Pero la estela de la dramedia (término que acuñó Globomedia para referirse a su particular mezcla de drama y humor) de Emilio Aragón sigue siendo alargada y aún hoy las televisiones intentan encontrar su empático Médico de familia, es decir, esa serie con tramas cercanas y cómplices ante las que cualquier familia pueda sentirse reflejada. En los años posteriores, esa es la senda que han recorrido, con mayor o menor fortuna, Los Serrano, Mis adorables vecinos, Javier ya no vive solo (otra con Emilio Aragón), La familia Mata, Vida loca o Familia entre otras. Y las que vendrán.

Porque el núcleo familiar seguirá siendo fuente inagotable de inspiración para los guionistas. Eso no va a cambiar. Como parece que tampoco cambian otras cosas. Y si no fijaos en la gran Luisa Martín, que era la sirvienta de Médico de familia en 1996 y también lo es, aunque sin acento andaluz, en ByB, actual producción de Globomedia para Telecinco...

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