OPINION

La Roja vuelve a TVE: ¿debe la televisión pública gastar en costosos derechos deportivos?

IKER EL MUNDIAL LA ROJA
IKER EL MUNDIAL LA ROJA

La protección del 'interés general' del fútbol estaba asegurada: las dos cadenas privadas, Atresmedia y Mediaset, se disputaban la adquisición de los encuentros clasificatorios para la Eurocopa de Francia de 2016 y para el Mundial de Rusia de 2018. Pero, al final, ha sido TVE la que se ha hecho con el paquete de partidos.

A pesar de su inestabilidad financiera y su consiguiente negativa a financiar proyectos cinematográficos, parece que el viejo ente sí cuenta con el dinero suficiente para adquirir estos derechos deportivos gracias a una oferta económica que rondaría los 35 millones de euros, según ha publicado El Mundo.

La televisión pública vive un momento extraño en sus casi sesenta años de historia. La supresión de la publicidad no parece haber servido para encontrar el rumbo de un futuro estable, fuerte, sostenible y comprometido con su tiempo. Todo lo contrario: TVE continúa enfrascada en mecánicas propias de una televisión con anunciantes.

Pero el porvenir de TVE no pasa por comprar costosas competiciones deportivas que hipotecan la empresa, ni por competir en audiencia con los mismos contenidos que las cadenas privadas. El éxito de la televisión pública sin publicidad radica en lograr una programación que sea una alternativa de contenidos, un faro informativo plural, un vivero para impulsar la curiosidad del público y también, y no menos importante, una factoría creativa que vaya por delante en la experimentación y el desarrollo tecnológico y participativo.

Por eso mismo, no tiene sentido que TVE se obsesione con subir la audiencia a través de espectaculares derechos deportivos o taquillazos americanos que serían adquiridos a un coste más ajustado por las cadenas privadas si no pujara también por ellos la cadena pública.

El deporte debe seguir en TVE, el cine también, pero a otro nivel, no como efímero ingrediente imprescindible para multiplicar el share. Al contrario, para aumentar la confianza de los audímetros, sí conviene estructurar la programación con espacios alternativos que aporten una identidad propia a la cadena y labren un público fiel.

¿Por qué se toma esta decisión de gastar 35 millones de euros en derechos de fútbol? ¿Se resigna TVE a emprender un modelo de televisión verdaderamente innovadora?

¿No se dan cuenta en TVE de que ya no se financian a través de la publicidad y que el panorama mediático es totalmente diferente? ¿Por qué realizar un gasto millonario en fútbol cuando esto no fideliza espectadores e hipoteca el resto de la programación?

¿No sería mejor dedicar esa inversión a productos que consoliden una parrilla de mayor calidad en ficción, información y programas de entretenimiento más allá de la telelimosna, el corazón y los espacios de reporterismo ligero especializados en visitar las tascas de España? Preguntas y más preguntas que nos surgen...

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