OPINION

'Entre todos', la telebasura disfrazada de telelimosna

toñi moreno entre todos
toñi moreno entre todos

"Sólo somos un programa de televisión, no una ONG", ha sentenciado recientemente Pablo Carrasco, productor del polémico Entre todos. El responsable del show de La 1 ha reconocido, de esta manera, que el formato busca entretener principalmente. Aunque se ve que ni eso lo consigue demasiado, pues sus resultados de audiencia son bien escasos.

¿Es lícito 'entretener' con los problemas y las necesidades de las personas desde una televisión pública? No debería, sin embargo Entre todos parece que continuará la próxima temporada en TVE.

Criticado por su sensiblería y su justificación tácita de la exclusión social que producen las lagunas que crecen en nuestro estado de bienesterar, el espacio de Toñi Moreno, además de recuperar la 'telelimosna' para casos de desajustes sociales, también está siendo utilizado como plataforma de ciudadanos que quieren abrir su propio negocio con la ayuda de los espectadores.

Se trata de otra contraindicación del espacio, pues un programa de una televisión pública debería explicar constructivamente cuáles son los pasos previos para abrir un comercio de cualquier tipo y analizar si existe nicho en el mercado para ese 'sueño' profesional. Pero, en cambio, Entre todos sólo actúa como elemento conector entre la buena voluntad de aquellos que dan la limosna y el futuro emprendedor. Nada más: ni gestionan las ayudas, ni asesoran. Sólo sirve de escaparate para el efectismo y el griterío triunfalista, con Toñi alardeando de tener llamadas y de lograr todo aquello que piden. Luego viene la triste y dura realidad: los demandantes deben llamar personalmente a las personas que han dicho que les iban a ayudar. Y apañárselas ellos solos.

Y, entre esos protagonistas del programa que quieren abrir un negocio, se está produciendo además una situación curiosa: suelen poner el nombre de 'Entre todos' a su establecimiento, ya sea una frutería o una pìzzería. De esta forma, piensan que servirá de reclamo publicitario para aumentar las ventas. Se equivocan. Las tiendas de 'Entre todos' se han multiplicado durante este curso y muchas ya han cerrado. El motivo: los 'emprendedores' no están asesorados y clonan establecimientos, normalmente con un concepto desfasado, y sin un estudio de las necesidades reales del lugar.

La televisión pública, además de ayudar a conseguir cañas para pescar, debería enseñar a pescar. Y es que, al final, Entre todos sólo es un espectáculo televisivo a la caza de la emoción más sensiblera, en el que lo que menos importa es el sufrimiento de los protagonistas. Un formato creado por una productora, que cobrando de TVE, se defiende argumentando que busca 'entretener'. Pero el problema es que busca 'entretener' rentabilizando los problemas de los demás. Y eso es lo inaceptable de su emisión. Eso es la telebasura.

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