OPINION

Llegan los "dramonólogos": la nueva técnica de 'Sálvame' para atrapar a la audiencia de Telecinco

rosa benito monologo
rosa benito monologo

""Eres un cobarde. Eres muy mala persona. Eres mu... Lo peor. Lo peor. Y ojalá te vaya bien.". Sálvame, en su viaje a las miserias ajenas, está reinventado el género del monólogo en la franja de tarde sin proponérselo.

Tras el éxito de El Club de la Comedia, surgen los "dramonólogos". Monólogo y dramón en uno. O lo que es lo mismo, la cuñada de Rocío Jurado, Rosa Benito, mirando a cámara fijamente, mientras suelta, muy intensa, un discurso en el que increpa a su marido, Amador Mohedano, que se supone que está escuchando todo apoltronado en su sofá.

Y Benito se va creciendo por momentos en su vorágine de sentimientos. Lo hace impostada, sobreactuada y afectada como si estuviera interpretando una pomposa radionovela sobre infidelidades, pufos y deudas.

El programa aguanta ese instante en primer plano, sin cortes. Los minutos que dure. Sólo basta su cara, músicas varias y sus constantes frases lapidarias. "Me has destrozado mi vida. Entera. Entera. Y si me quieres ver arrastrada, lo has conseguido". Ha nacido la folclórica de la palabra. Digno de Goya o, en su defecto, de Antena de Oro a la mejor interpretación. Todo un culebrón que no necesita mimados decorados, ni cuidado atrezzo. Simplemente los delirios de los "dramonólogos" de una mujer que triunfa convirtiendo su vida familiar en un drama de Estado, cual digna sucesora de Belén Esteban.

Así son los engranajes de la televisión lowcost (bajo coste), hecha a golpe de piruetas de un guion que reinventa y estira la realidad en la complicada tarea de rellenar de polémicas cuatro diáfanas horas de emisión cada día. Así es la tiranía de los sentimientos explotados en el patio de vecinos de la tele-realidad.

Rosa Benito funciona, engancha e hipnotiza, pues lo que le ocurre, sea cierto o esté falseado, es reconocible para buena parte de la audiencia del programa. Y ella, cual primera dama del teatro, ha visto los culebrones suficientes para soltar su retahíla puntuándola con las entonaciones necesarias para lograr una adictiva tragicomedia nacional que no deja indiferente a nadie, ni a los seguidores ni a los detractores del formato de Telecinco. Ha vuelto a suceder: Sálvame ha encontrado su turbador filón de este verano.

> ver 'dramonólogos' de Rosa Benito

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