OPINION

El ocaso del Canal 24 Horas de TVE: ¿cómo frenar el desprestigio de la última cadena 'todo noticias'?

CANAL 24 HORAS
CANAL 24 HORAS

Gallardón dimitió y Televisión Española llegó tarde. No emitió, en directo, el instante en el que el Ministro de Justicia comunicaba su marcha. Una vez más, la indignación se desató contra la cadena pública y vinieron las excusas: falló la 'mochila 4G' que permitía dar la señal de la comparecencia. Una disculpa chocante, pues este tipo de retransmisiones se suelen realizar con las más fiables unidades 'terrenas', de las que TVE dispone varias en propiedad, y que otras cadenas de la competencia sí desplazaron al momento.

Pero, más allá del improcedente traspiés de ayer, el ocaso que sufre el Canal 24 horas viene de lejos. No es nada nuevo. Y parece que ningún directivo de TVE consigue hacer sana autocrítica. Es un hecho: la única cadena de información continua de nuestro país ya no es una referencia porque no toma el pulso de la actualidad en tiempo real, a pesar de ser propiedad del grupo de comunicación con más medios técnicos y humanos. Algo falla cuando el espectador tiene que acudir a una cadena privada para ver una manifestación o una rueda de prensa completa, donde no cortan las preguntas de los periodistas.

El Canal 24 Horas se ha quedado estancado en la fórmula ya obsoleta de los canales todonoticias de las plataformas de cable norteamericanas en los noventa. Pero estamos en 2014, en la era de Internet, y ese contenedor de estáticos informativos ya no funciona.

Un canal de estas características necesita dar luz verde a temas propios, confiar en el periodismo de base y no tener miedo a retransmitir movilizaciones ciudadanas en directo. No puede quedarse sólo en una mera retransmisión de notas de prensa oficiales o informaciones de agencias internacionales.

De ahí que la audiencia dé la espalda a esta emisora que está perdiendo una gran oportunidad de ser una contundente referencia de credibilidad informativa y que, además, sirva como un laboratorio en el que digerir la vorágine de información que fluye en el caos de las redes.

Y digerir la información no significa realizar tertulias efectistas, significa apostar por una cadena que conecte con el interés del espectador a través de reportajes exclusivos, potenciando el valor añadido de los centros territoriales, dando más espacio al análisis en profundidad y, sobre todo, rompiendo con una estructura del informativo oficialista que puede parecer -si no lo es- una reposición constante del Telediario.

Hasta 2012, la programación del 24 Horas era más variada: con debates plurales (con formatos como La Noche en 24 Horas de Vicente Vallés o Xabier Fortes), programas de autor (como el de Jenaro Castro, ahora director de 'Informe Semanal') y con una segmentación de la parrilla muy mejorable, pero más cercana y ágil.

En ese sentido, han involucionado las formas de comunicar las noticias. El canal ha pasado de cierta proximidad en sus presentadores a bustos parlantes que, salvo excepciones, cuentan con una fría manera de narrar la actualidad. También las piezas y locuciones han pillado un tono denso y lento. De otra época.

El Canal 24 Horas debe estar más vivo, recuperar el reporterismo y abrir espacio a ágiles micropiezas informativas, que salpiquen y dinamicen toda la programación, con aquellas preocupaciones más próximas a la gente, las inquietudes que están en la calle. El espectador necesita sentirse reflejado.

Y, por supuesto, sin olvidar aquel 'está pasando, lo estás viendo' que tan bien abanderó la desaparecida CNN+ y que ejemplifica lo que debe ser una cadena de información continua: una ventana en tiempo real al mundo, donde lo único importante es acercar al espectador lo que necesita saber. Hacerlo en directo, ser los primeros, con los protagonistas de la noticia y buscando respuestas a las preguntas con la rapidez más sosegada. En cambio, existe la nefasta percepción ciudadana de que en el Canal 24 Horas, cuando sucede un acontecimiento relevante, es más fácil encontrarse con un programa enlatado que con la última hora en vivo.

Porque el Canal 24 Horas vive un evidente ocaso de credibilidad. Pero esta crisis aún se puede solucionar. Sólo debe recuperar su esencia de servicio público. Porque se ha quedado anquilosado en un canal de noticias, no de periodismo.

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