OPINION

El defecto que ve Mayra Gómez Kemp a la televisión de hoy

mayra gomez kemp tv
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Mayra Gómez Kemp, la gran presentadora del Un, dos, tres... ¡responda otra vez!, se encuentra presentando estos días sus interesantes memorias, 'Hasta aquí puedo leer'. No podían llamarse de otra manera, como aquella frase que popularizó en los años 80 cuando fue la maestra de ceremonias del concurso más recordado de nuestra historia televisiva.

Mayra Gómez Kemp ejemplifica aquella televisión que medía cada paso. Era minuciosa en fondo y forma, en diálogos y escenografía. De hecho, la presentadora se debía aprender cada semana un guion tan extenso como estricto. Un tocho en el que caía todo el peso del programa y la responsabilidad de la propia Mayra, pues en aquella época no existían ni pinganillos, ni otros chivatos que tecnológicamente ayudan al comunicador cuando se enciende el piloto rojo.

Nada se dejaba a la casualidad. Sólo la espontaneidad del público y los concursantes que estaban viviendo el show en el plató. Esa era la clave que la propia Mayra echa de menos en la televisión de hoy, como declaró en el programa de radio 'Sospechosos Habituales': "está a veces demasiado prefabricada", sentenció.

No se equivoca. Y ese es uno de los defectos que sufre nuestra pequeña pantalla de hoy. El 'Un dos tres' de Chicho Ibáñez Serrador funcionaba como un reloj. Todo estaba calculado para que saliera a la perfección, sí. Pero todo menos la capacidad de sorprender al público. Ahí ya todo se dejaba fluir. Ese era el truco para transmitir ilusión real. 

Porque la tele es crear las condiciones para que sucedan cosas a través del despertar la espontaneidad e ilusión del espectador, desde las ideas y el ensayo, pero sin forzar los acontecimientos desde el artificio. Desde un guion tópico testado mil y una veces (y, por tanto, sin mayor recorrido) hasta pagar a manejables figurantes para rellenar las gradas de los programas en vez de apostar por gente que sienta de verdad la emoción mágica de la experiencia de ir a un estudio de tele. Porque, al final, eso también se transmite en cámara.

Hoy en día, las cadenas prefieren prefabricar todo según lo que creen que funciona, repitiendo clichés y temen en experimentar con la creatividad de sus equipos. Muchas veces por ceguera, otras por soberbia. Mayra también cree que se debe tener más paciencia con los programas nuevos, para que la gente los conozca. Y es que muchas veces buenos espacios desaparecen de la parrilla porque no se les ha dado 'tiempo de cocinado'.

Por suerte, hay excepciones y poco a poco los directivos de los actuales canales se dan cuenta de que el éxito está en el riesgo por las buenas ideas.

Aquella televisión que protagonizó Mayra Gómez Kemp ya se ha quedado atrás en determinados ritmos y lenguajes, pero no en su esencia: el espectáculo que buscaba conectar con la ilusión genuina del espectador gracias al milimetrado esfuerzo, que cuida cada detalle del trabajo en equipo, y no se queda en la improvisación.

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