OPINION

Jordi Évole: así revolucionó la información en el horario de máxima audiencia

jordi evole
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Salvados regresa a La Sexta el próximo domingo y se lleva a Oriol Junqueras a Sevilla. Allí se encontrarán con Dani Rovira, que ejercerá de taxista, y una familia con la que intercambiar puntos de vista. Será el arranque de la novena temporada del espacio. Lo que comenzó siendo una serie de especiales electorales bajo el título Salvados por la campaña -en homenaje a Zack Morris- se transformó en un programa de prestigio, analizado incluso a nivel internacional.

El Follonero de Andreu Buenafuente se independizó de su maestro para mirar la vida política a través de su característica comedia. Pero, al final, sobresalió su fondo periodístico. Surgía el verdadero Jordi Évole, encarnación de la esencia del cronista callejero trasladado a la pequeña pantalla.

Es el periodismo que hace las preguntas que necesita la sociedad y no se queda en las indicaciones de los gabinetes de comunicación institucionales. Algo más que habitual en la prensa, pero inaudito en el prime time televisivo en los últimos años. Más aún en una televisión privada.

Pero Jordi Évole y su equipo de la productora El Terrat, sin embargo, han roto tabúes y corazas, demostrando que la actualidad política, bien contada, sí que interesa. La audiencia está comprometida y preocupada con su tiempo y su porvenir. Y este tipo de espacios, que buscan respuestas a las preocupaciones ciudadanas, resultan muy atractivos.

De hecho, pocos directivos imaginaban es que este formato iba a liderar cosechando millonarias audiencias como las de una serie de éxito. Salvados lo hizo posible. ¿Cómo? Ha revolucionado y reinventado la información televisiva aprovechando las posibilidades de los docushows, no quedándose en el plató, saliendo a la calle y metiéndose en la realidad en primera persona.

Las fina comedia de Évole pone el resto: consigue una empatía con el espectador que, además, hace que le sea más fácil lanzar cuestiones que son peliagudas. Él ha puesto la cara, aunque el formato ha funcionado porque ha utilizado las tretas de las mejores ficciones para hacer más seductor el contenido. Porque la televisión, sea una serie, un espectáculo o un programa informativo, siempre consiste en contar una historia.

LA FUERZA DEL PERIODISMO CON EL PODER DEL MONTAJE

Y Salvados ha sabido combinar la curiosidad más crítica del periodismo con el montaje envolvente de la mejor ficción. El programa de La Sexta está grabado prácticamente como si fuera una película, con la dosis necesaria de intriga. Una película que, y ahí está su poderío, relata hechos reales, cercanos, que nos afectan a todos.

De esta manera, el formato transmite emoción que hace más digeribles los temas más complicados. Así, se cuida la localización de las entrevistas, el desarrollo de cada reportaje, cada encuadre, cada detalle... También saben de la importancia de mimar las música de fondo, los silencios, las miradas, los primeros planos, las elipsis o hasta los títulos de crédito que se 'customizan' en cada edición a tono con la temática del programa. Todo esto supone un laborioso trabajo extra de producción e ideas que hay que reconocer.

Salvados ha ido por delante del resto de los programas informativos. Incluso adelantando a la compañía que fue pionera en este ámbito, TVE. Ha sabido sumar lo mejor de los docushows temáticos a la información seria. Porque la televisión debe ser atractiva y entretenida siempre, trate el contenido que trate. Y el resultado ha sido un formato consciente de su momento que, dure lo que dure, ya quedará marcado en la historia. No sólo en la historia de la televisión, también como valiosísima radiografía de un tiempo. De nuestro tiempo.

Pero, sobre todo, Jordi Évole ha demostrado que se puede hablar de la actualidad que nos preocupa con guiños cómplices a la audiencia, sentido del humor y espíritu autocrítico, aprovechando las posibilidades de la caja lista que a veces se hace la tonta. La política y los problemas sociales se pueden contar sin aburrir, de la forma más divulgativa y con palabras que todos entendemos. Aunque eso no siempre guste a todos los políticos, tan propensos ellos a marear el lenguaje para disfrazar la realidad. Ese es el fuerte de Salvados: constituye un baño de realidad cada semana. Para bien o para mal. Desgraciadamente, casi siempre para mal.

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