OPINION

'Un tiempo nuevo': fortalezas y debilidades del regreso de Telecinco a la política en prime time

un tiempo nuevo cristobal montoro
un tiempo nuevo cristobal montoro

Sandra Barneda ha vuelto a la noche de los sábados de Telecinco. El objetivo: pilotar Un tiempo nuevo, la flamante apuesta de Mediaset para analizar la política en prime time.

Un regreso al ruedo de la turbulenta actualidad después de apagar las bombillas de El Gran Debate, que se fue con muy buen dato de share. Y la perdida de costumbre del público se noto, pues Un tiempo nuevo no funcionó en audiencia, sólo logró un 9,2 por ciento de share, mientras que La Sexta Noche cosechó récord histórico con 16,6 por ciento de cuota. La cadena pequeña superó a la líder Telecinco  con ayuda de la contundente entrevista a El Gran Wyoming. No obstante, La Sexta tiene un público interesado por la política más fidelizado.

En las próximas semanas se verá si Un tiempo nuevo remonta este pobre dato. El rodaje es fundamental, pues el programa incorpora elementos interesantes.

Para empezar, viene con el periodismo explorador de datos por parte de Javier Ruiz, muy didáctico a la hora de presentar la actualidad y que también sirve como dinamizador apoyo durante el desarrollo del programa.

Otro de los aciertos es la incorporación de un abanico plural de reputados periodistas para entrevistar a los políticos que pasan por plató. En el primer programa fue Cristóbal Montoro. Especialmente destaca el fichaje de Pepa Bueno o José Luis Pérez, que aportan credibilidad y, de paso, marcan la diferencia con los contertulios más habituales.

En la parte negativa, la puesta en escena. El Gran Debate tenía un concepto mucho mejor: en formato, en presentaciones, en tertulia y en identidad visual. Un tiempo nuevo ya arrancó con una 'cabecera' que recuerda en exceso a La Sexta Noche: al igual que el formato competidor, incorpora un ambiente urbano en el que aparecen imágenes de invitados o temas a tratar en la noche. Un parecido más que razonable. No obstante, este tipo de inicios son interesantes porque van introduciendo al espectador en los contenidos de cada edición a modo de sumario, aunque el grafismo de Un tiempo nuevo no le habría venido mal una identidad más actual y menos retro.

El plató, además, resulta más claustrofóbico que los de Abre los ojos y mira o El Gran debate, por poner ejemplos recientes. Los sets son pequeños y los representantes políticos en la sección de los atriles están demasiado hacinados.

En general, el envoltorio visual es poco vanguardista, poco moderno, poco acorde con un género a medio camino entre la información y el espectáculo. Es una puesta en escena que valdría para casi cualquier otro programa de Mediaset, es intercambiable. En ese sentido, el de La Sexta Noche, aunque las comparaciones vuelvan a ser odiosas, está mucho más atinado.

En la línea del espectáculo, es interesante que el formato cuente con invitados ajenos a la política para dar su visión de la actualidad, como ya hacía La Noria o El Gran Debate. Aunque la gran e interesante innovación de Un tiempo Nuevo es la mesa 'Un país a raya': un debate más distendido con humoristas de solvente recorrido como Yolanda Ramos, Nacho Guerreros o Pepe Colubi. La comedia siempre ayuda a digerir la cruda realidad. Falta nos hace.

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