OPINION

Las 5 dificultades que sufre el guionista de una serie española

velvet
velvet

Las ficciones españolas viven una imparable edad de oro en constante crecimiento. En tiempos de crisis, ajustes e implacables datos de audiencia, se están desarrollando grandes producciones. Nuestras series ya hacen 'marca España' en el exterior. Ahora, el siguiente objetivo debe ser impulsar una industria más sólida y arriesgada, porque los guionistas españoles aún trabajan intentando esquivar obstáculos de nuestro peculiar sistema de mercado televisivo.

1. Capítulos que duran como películas

Las cadenas nacionales necesitan estirar la duración de sus series para hacer posible la inversión económica. O eso dicen. Pero, al final, esos setenta y tantos minutos que dura cada episodio terminan provocando contraindicaciones: los espectadores se van a dormir antes de que finalice el capítulo y las tramas pierden fuerza ante la necesidad de meterles secuencias de relleno. Así es más complicado para el guionista mantener el mismo interés con todas las historia. De ahí que se apueste tanto por series corales, repletas de personajes y de tramas simultáneas.

2. Los frenéticos tiempos de entrega

Escribir guiones de setenta minutos es prácticamente equivalente a idear una película semanal. Pero en cine se suele contar con seis meses o un año de media, como mínimo, para desarrollar un proyecto. El guionista de tele, sin embargo, trabaja contrarreloj. Muchas series españolas terminan por escribirse sin tiempo para digerir bien sus tramas y, además, el guionista sufre inestabilidad laboral: trabaja cuatro meses con mucha intensidad pero, después, termina en el paro a la espera de que se estrene la serie para saber si renueva y se hacen más capítulos. Eso también propicia una constante inseguridad laboral.

3. La importancia del envoltorio

En estos últimos años, la factura de las series ha evolucionado para mejor. No obstante, esa falta de tiempo de preproducción y los ajustados presupuestos, evidencian carencias que ni siquiera un buen guión puede disimular. En las series de Estados Unidos, por ejemplo, un guion menos interesante puede dar el pego porque la ficción entra por los ojos por su apabullante factura técnica. En España, el guionista hace piruetas para que no se note que, en muchas ocasiones, el presupuesto no es ni mucho menos el ideal para rodar lo que de verdad precisa la historia que se está contando. Una secuencia grabada sin tiempo y dinero hace que el resultado se empobrezca, ya que no hay margen para iluminar como se necesita, para cuadrar la fotografía lo suficiente y, además, los actores no tienen la oportunidad de ensayar o de repetir tomas para afinar la interpretación. Las prisas son mala compañía. El guion, por tanto, termina pareciendo peor de lo que es.

4. Los menguantes planes de rodaje

Y, claro, si no hay tiempo suficiente para rodar tampoco para localizar. La creatividad del guionista salva y disimula el déficit de producción. La mayoría de las veces se deben ajustar las tramas en mismos decorados, ya sean reales o en plató. Un detalle habitual en las telecomedias, pero que en nuestro país también se extrapola a las series de prime time. El talento del guionista está, de nuevo, en lograr que esa limitación de producción para ahorrar costes no se note... demasiado.

5. Riesgo, pocoLas cadenas empiezan a arriesgar más. Pero aún falta mucho camino. TVE, sin publicidad y, por tanto, con posibilidad de preocuparse menos por las audiencias, debería llevar la delantera en dar luz verde a proyectos que enriquezcan nuestra industria. Más creatividad, más riesgo, más confianza por las ideas que se salen de la norma y que además no tienen por qué requerir grandes presupuestos. La televisión comprometida con su país no sólo debe vivir de series corales o de época: puede tener la visión de invertir en una industria de calidad que enriquezca el panorama y sea una radiografía de su tiempo. España está huérfana de ficciones que se produzcan desde una televisión que no esté atada siempre a las necesidades de la primera batalla de las audiencias. La Sexta ahora da un paso con Refugiados, en coproducción con Bambú y BBC. Pero, al final, los dos grandes grupos en su lucha por los cifras millonarias de espectadores sólo terminan repitiendo fórmulas contrastadas, repetidas hasta la saciedad y sucedáneas unas de otras, pues tienen la percepción de que eso es lo que funciona. Porque está claro, para llenar 70 minutos de cada capítulo es más sencillo optar por lo coral y lo familiar. Y los guionistas viven el más difícil todavía: no repetirse dentro del "más de lo mismo".

Y ADEMÁS...

5 tópicos de las series españolas que derrumba ‘Refugiados’, la nueva ficción de La Sexta

El obstáculo de las series españolas

Razones por las que no podríamos hacer ‘Juego de Tronos’ en España

Así sería ‘Verano Azul’ si se hubiera rodado hoy

¿Por qué las series españolas siempre tienen los mismos actores?

Lo que envidian los norteamericanos de nuestras series (y lo que no)

El fin del prime time: la tele que emite sólo para noctámbulos

Mostrar comentarios