OPINION

Miliki y sus '30 cuentos y medio', la obra póstuma de un hombre que creyó en la imaginación

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Nuestra televisión debe mucho a Miliki. No sólo por sus ideas para los niños, también por su enseñanza a tantas generaciones de mayores. Una carrera de ilusiones, honestidad e ideas que comenzó en los años treinta cuando tres desconocidos payasos, Fofó, Gaby y Miliki, comenzaban a trabajar en el viejo Circo Price de la madrileña Plaza del Rey, donde hoy se encuentra el Ministerio de Cultura.

Tras un cierto éxito, en 1946 la familia de cómicos decidió exiliarse a Cuba. Allí empezaron a tener una extraordinaria repercusión con su espectáculo televisivo con el que después triunfarían en Puerto Rico, Venezuela , Argentina e, incluso, Estados Unidos, donde llegaron a actuar en el emblemático The Ed Sullivan Show (programa que descubrió a The Beatles en USA).

Avalados por el furor americano, los tres payasos regresaron a España para, en 1973, poner en pie El Gran Circo de TVE. Iban a ser sólo tres semanas, pero el colosal éxito mantuvo el programa durante diez años.

Y es que este programa infantil cambió el concepto oscuro del circo para llenarlo de humor positivo, educativo, con números visuales acogedores y canciones reconocibles que dejaban pegados a los más pequeños a la pantalla. Fotó, Gaby y Miliki reinventaron el denominado “instinto televisivo”, pues sabían conectar con la ilusión de cada espectador: mayor y pequeño.

La saga continúa con ideas brillantes, comprometida con su tiempo. Y Miliki, también. Esta semana, sin ir más lejos, se ha presentado 30 cuentos y medio, obra póstuma para adultos de Miliki. Un trabajo multimedia que cuenta con un libro en papel y un USB que esconde un audiolibro en el que Rita Irasema, su hija, y Manuel Feijó y Virginia Rodríguez, sus nietos, ponen voz a estos entretenidos e imaginativos cuentos que desarrolló el icónico payaso de la tele antes de morir. Además, también incluye una galería fotográfica y entrevistas a los participantes en una grabación de historias que tiene su punto de autobiográfico.

Emilio Aragón, hijo de Miliki e impulsor de la modernización de la televisión en España, bromeó en la presentación de esta publicación con que se podrían convertir algunos cuentos en películas o cortometrajes. "Yo me pido dos", sentenció. Quién sabe si luego veremos algunas de estas obras en la gran pantalla. Lo que está claro es que la estela de la creatividad que nos despertó Miliki siempre seguirá sembrando en nuestra imaginación, de pequeños y... mayores.

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