OPINION

2015, el año de la 'eficacia probada': las televisiones van a lo seguro

alatriste serie
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La 'eficacia probada' es la tendencia de las cadenas de televisión en el arranque de 2015. Como decían los anuncios de detergente de los noventa, ¡eficacia probada!, supone que la programación seguirá siendo continuísta. Más formatos con niños prodigio, más programas entre fogones, más polígrafos con Conchita, más talents shows con los mismos éxitos musicales de siempre y, sobre todo, más series de época.

Aunque, en realidad, las fórmulas de éxito contrastado también se desgastan. Al mismo tiempo que las nuevas generaciones abandonan una televisión en la que no se sienten representadas y el espectador tradicional se convierte en un sujeto inmune, que no espera sorpresa en la programación, porque las cadenas, excepto sabias excepciones, arriesgan siempre por el lado más obvio de cada programa.

Lo mismo sucede con las series. Llevamos unos años obsesionados con ficciones basadas en otros tiempos. Un filón, porque traslada al espectador a un mundo que la nostalgia convierte en más romántico. En puesta en escena, en historia, en luchas de clases, en vestuario, en amores imposibles.

Sin embargo, nos estamos perdiendo producciones que exploren nuestro tiempo. Las cadenas parecen no querer mirar a la realidad de hoy de frente, sin edulcorantes. Creando series urbanas, que cuenten historias a través de las gente que está en la calle. No hablamos de regodearse en la crisis. Al contrario, hoy existe una sociedad por explorar, donde también se producen amores, desamores, con grupos de amigos cómplices, núcleos familiares en constante evolución.... Una sociedad que avanza creyendo en ilusiones, donde crecen las pasiones, los problemas, las frustraciones, los sueños cumplidos. En nuestro propio tiempo, un mundo de magnéticas tramas se abren en las ciudades de hoy, en los trabajos de hoy, en las redes sociales de hoy.

Pero las cadenas no se atreven a producir ficciones que conecten directamente, de tú a tú, con las personalidades de las generaciones de la actualidad. Nadie se atreve a realizar una radiografía real de nuestro tiempo. Prefieren mirar al surrealismo de la comedia impostada, al misterio de fábula, a las profesiones efectistas, a la barriada de cartónpiedra o a la ensoñación en otras épocas pasadas. No al tiempo que verdaderamente mueve las calles.

En ese sentido, da mucha envidia observar un capítulo de Las Chicas de Hoy en Día, que produjo TVE para La 2 y que inmortalizó la vida de dos jóvenes aspirantes actrices en la gran capital a principio de los noventa. TVE ya no va a la vanguardia de producciones de estas características, que deberían ser su razón de ser. Pero sí lo hizo. Ver, en la actualidad, esta genuina ficción, con tramas que, en cierto sentido, aún en 2015 están de actualidad, denota la mejor España: aquella que aprende de sí misma y se ríe de si misma. Con ilusión.

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