OPINION

Teresa, expulsada de 'Masterchef Junior' tras revolucionar las redes sociales con sus pataletas

teresa masterchef risa
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Los buenos formatos televisivos van creciendo con el paso de las semanas. MasterChef Junior es un ejemplo de este tipo de géneros televisivos que ganan con el rodaje. Anoche su audiencia empezó a dispararse con un 17 por ciento de cuota y 3.197.000 de espectadores, datos muy destacables en el panorama actual que vive (o sufre) Televisión Española.

Teresa fue la gran protagonista de esta segunda entrega de Masterchef Junior. La talentosa minicocinera madrileña, de sólo 9 años, acaparó la atención de las redes sociales por sus lloros, pataletas y por no dejar su chocolate sobrante a un compañero, Lluc. "Sí, me ha sobrado pero no te lo voy a dar", soltó la pequeña, a la que luego se le rompió su tarta. El karma...

Pero, en general, los niños volvieron a dar una lección de compañerismo de la que deberían aprender los participantes en la próxima edición de adultos de MasterChef. Un programa que sigue demostrando que entiende la televisión que cuenta una historia del primer al último minuto.

Porque MasterChef es un éxito consolidado porque sabe enseñar toda la vida de sus fogones a través de un espectacular montaje, en el que se encajan cada una de las piezas del puzzle con maestría. Como si fuera una serie, se cuidan las miradas, los silencios, los susurros. Se mima la emoción pero también el humor. El programa no se queda sólo en el conflicto obvio, trastea con todas las aristas de la propia (y reconocible) realidad.

Y todo eso se logra a través de una espontaneidad de unos concursantes que es propulsada gracias a vibrantes ideas de guion de los responsables del espacio. En la edición de ayer, los niños tuvieron que customizar una tarta con Pepe Rodríguez como protagonista de una especie de galleta que coronaba el pastel. Con los chascarrillos que esto supuso. También recibieron, por sorpresa, a sus abuelos. Un programa que no se duerme en la repetición de clichés y apuesta por la creatividad que empuja la verdad más empática y genuina de cada participante, invitado o miembro del jurado. De ahí que este formato sea de lo mejor de la actual TVE, la que entiende la televisión de su tiempo.

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