OPINION

'Gran Hermano VIP' triunfa en su estreno: la explosión sin complejos del universo de Telecinco

gran hermano vip
gran hermano vip

Diez años después de su última edición, Telecinco ha resucitado Gran Hermano VIP. La cadena madre de Mediaset aprovecha, así, la infraestructura de su reality estrella para intentar reproducir el rentable éxito de la última edición de GH. Y la primera gala ha triunfado con 23.7 por ciento de share y 3.4 millones de fieles.

Ahora hay que ver si aguanta el tirón. Aunque los responsables del programa han sabido atar el conflicto desde el minuto uno. Para empezar, no se hicieron de rogar y, nada más arrancar el programa, introdujeron en la casa a las dos grandes contrincantes de esta farándula de los cotilleos televisivos: Belén Esteban y Olvido Hormigos.

Lo que no sabían ambas es que iban a ser las capitanas de dos equipos, Señores y Criados (con su uniforme de 'servicio' y todo). El pique anda servido, pues la mitad de los concursantes serán las chachas del resto (el jueves se intercambiarán los papeles).

El estreno dibujaba, de esta forma, una trama transversal para enganchar. ¿Cómo reaccionará Olvido a ser la criada? ¿Cómo se sentirán Los Chunguitos de señoritos (y sin subtítulos)? Y el programa supo manejar bien las personalidades de sus cobayas de discoteca poligonera. Arropando cada instante álgido con el sonido activado del público en plató, que reacciona: se ríe, ovaciona o abuchea, impulsando la intensidad real del show.

También anoche se dio un paso más allá en la tele-realidad española, en directo, al introducir a un concursante completamente desnudo. Era Coman, que ya tenía práctica en estas lides al ser concursante de Adán y Eva en Cuatro. Una acción realmente atrevida, ya que la desnudez integral se saca del contexto del programa en la isla paradisíaca de Cuatro y se lleva, por primera vez, al prime time de una gran cadena. ¿Qué será lo siguiente para sorprender a una audiencia que ya lo ha visto prácticamente todo?

Ahí está Gran Hermano resistiendo. Demostrando que sigue siendo el reality por excelencia y que se intenta renovar constantemente. En este sentido, ayer, unos operarios iban terminando de montar el decorado de la casa, durante la emisión y con los concursantes ya dentro, como hacía José Luis Moreno con los teatrillos de Noche de Fiesta.

Por lo demás, sorprendieron los trabajados vídeos de presentación de los participantes, con una mimada realización, y un presentador que es perfecto para esta edición, Jordi González, pues sabe comandar este buque acorazado con la ironía y distancia que merece. No cae en la intensidad y juega con la complicidad del espectador. Porque, sobre todo, en GH el espectador es cómplice. Para bien, y para mal.

Un Gran Hermano que vive y explora en el universo de famosos creados desde Telecinco. Un experimento con personajes que, en su mayoría, han sido cocinados dentro de la cadena de Mediaset (con la excepción de Ylenia, descubierta por Gandía Shore de MTV, y Los Chunguitos, como invitados estelares desde Antena 3). Será más complicado que el que no controle este microsistema, de fama de usar y tirar, pueda engancharse a primeras. Aunque los ideólogos del programa lo intentarán para crecer aún más en audiencias. Y conquistar las manías del share.

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